Iraníes, kurdos y otros pueblos de Asia Central festejan a partir de este miércoles el "Noruz" año nuevo persa, celebración de origen zoroástrico que se lleva a cabo desde tiempos inmemoriales en coincidencia con la llegada de la primavera.

La fiesta, que el régimen chií de Teherán ve con recelo e intenta sustituir por la festividad del aniversario de la Revolución Islámica, se da en Irán en medio de una inquietud por la posibilidad de ser blanco de nuevas sanciones de la ONU por su plan nuclear, marca el inicio del año 1386 según el calendario zoroástrico que rige en el país.

Zoroastro fue el fundador de una religión que adoraba al fuego y que concebía el universo como escenario de un eterno enfrentamiento entre el bien y el mal, una fe que siguen profesando decenas de miles de personas en el país.

El calendario que rige ahora cuenta los años desde la hégira, la huida del profeta Mahoma de La Meca a Medina en el 622 de la era cristiana, pero se diferencia del musulmán en que es solar, mientras el otro, de origen árabe, es lunar y su inicio se adelanta unos diez días al año respecto al persa, por lo que ya está en 1428.

El "Noruz" se celebra desde el tiempo de los reyes aqueménidas, hace más de 2.500 años, cuando los astrólogos se reunían en los palacios de Persépolis, en el sur del actual Irán, para anunciar el inicio de la nueva actividad agrícola.

Desde hace varias semanas los iraníes comenzaron a prepararse para esta milenaria fiesta, con una limpieza a fondo de las casas y con la compra de nueva ropa y de siete objetos cuyos nombres comienzan con el sonido "S".

Durante los pasados años, el gobierno de Teherán intentó infructuosamente apartar el valor de "Noruz" como fiesta nacional de los iraníes y una costumbre zoroástrica, y sustituirla por el aniversario de la revolución que en 1979 derrocó al régimen monárquico del sha Mohamad Reza Pahlavi.