María Esther es una docente jubilada que, como muchos otros rosarinos, se sorprendió esta semana con el aumento de la tarifa de gas. Aunque se detectaron incrementos de entre 150 y 160 por ciento, a María Esther la boleta le llegó con una suba del 700 por ciento. En tanto desde Litoral Gas aseguraron que la suba promedio de este período es del 23 por ciento. Desde el Centro de Estudios Sociales y Acción Comunitaria (Cesyac) advirtieron que en 2019 los argentinos podríamos pagar “el gas más caro del mundo”.

“Es impagable, no lo puedo pagar”, se quejó la mujer en contacto con el programa A Diario (Radio 2). Dijo que el año pasado, para la misma fecha, pagó 500 pesos de gas y que ahora Litoral Gas le facturó un consumo por 3.500 pesos.

“Estoy desesperada”, reconoció María Esther, quien vive sola y tiene una sola estufa en su casa que este invierno –llamó la atención– casi ni prendió porque no hubo tantos días fríos. Dijo que hizo el reclamo a la prestataria pero que le contestaron que el número estaba bien.

Consultado por el periodista Juan Cruz Funes de Radio 2, Juan Marcos Aviano del Cesyac, señaló que en los últimos días se multiplicaron las consultas por las tarifas del gas. En julio del año pasado, una familia tipo de cuatro personas pagaba unos 900 pesos, y hoy –advirtió–, alrededor de 2.500.

Aviano vinculó estas subas al precio del dólar y advirtió que de seguir en este camino, el año que viene los argentinos "pagarán el gas más caro del mundo". 

En junio de este año, después de muchos reclamos, el gobierno nacional dio una marcha atrás parcial al aumento del gas y puso topes a las subas. El ministro de Energía, Juan José Aranguren, fijó en 400 por ciento el límite a la suba del gas para los clientes residenciales de todo el país (a igual nivel de consumo del mismo período del año anterior), y en 500% al incremento en la factura final de comercios, pymes, hoteles de turismo y clubes de barrio.