Poner a la educación en primer lugar de la lista de tareas de todos los sectores es el motivo principal por el cual la Bolsa de Comercio de Rosario, junto con Proyecto Educar 2050 y con el apoyo del Ministerio de Educación de Santa Fe, organizaron el I Pre Foro de Calidad Educativa, que reunió a referentes del sector público, privado y académico para pensar sobre cómo mejorar la educación a través de la innovación.

“La educación es la herramienta que puede revertir la situación de pobreza en Argentina”, así expresó María Cortelezzi, directora ejecutiva de Educar 2050, la asociación civil que fue creada luego de un viaje a Chaco, en el momento en que las noticias hablaban acerca de “el hambre en el país de la carne”, una situación crítica y desoladora de desnutrición infantil: “Lo que empezó siendo la respuesta a una emergencia se convirtió en el lema de Educar”, contó Cortelezzi.

Educar desde todos los ámbitos

El puntapié inicial del trabajo en educación fue la capacitación a directores, actores fundamentales del proceso de transformación. “Es quien puede proponer objetivos de mejora por eso hay que acompañarlos. En nuestro país los directivos son docentes que la mayoría por antigüedad pasan a ser directores y muchos de ellos no están formados para dirigir una escuela”, relató la directora.

Luego el proyecto fue creciendo y llegó a todas las provincias, a través del desarrollo de contenido y del intercambio con especialistas, funcionarios y docentes. “Una línea muy clara de Educar 2050 es llegar a todo el país. Buscamos generar un diálogo transformador que permita a los diferentes actores de la sociedad participar en la mejora. Proponernos en nuestra agenda individual, de nuestro sector, a la educación como el primer punto que hay que mejorar como país y hacer que el derecho a la educación sea una realidad y que los jóvenes salgan preparados al mundo”.

Tal como expresó Cortelezzi, la educación es un tema que nos implica a todos: el Estado, el sector privado y organizaciones de la sociedad civil y eso es justamente lo que propuso el foro: “Trabajamos en cómo cada uno puede aportar desde su sector, con recursos de todo tipo, humanos, financieros. Hoy las pruebas educativas lo que nos muestran es una deuda muy grande en educación en Argentina. Por eso trabajamos haciendo articulación entre diferentes sectores y actores para proponer acciones de mejora”.

Pensar y proponer

En ese marco, el pre foro de Calidad Educativa que se llevó a cabo en el edificio de la Bolsa de Comercio de Rosario, propuso un diálogo entre diferentes actores. “Se conformó una mesa integrada por especialistas en educación de instituciones como CIPPEC, FLACSO, UNICEF, quienes brindaron el paraguas conceptual respecto a qué implica innovar en educación”, contó Ingrid Drago, del área de Innovación de la Bolsa de Comercio de Rosario.

Además el encuentro contó con una mesa más práctica en donde se analizaron los diferentes programas de innovación que se están desarrollando en Argentina y en el exterior, como por ejemplo, el programa Vuelvo a Estudiar de la provincia de Santa Fe, las escuelas Proa de Córdoba y el Plan Ceibal de Uruguay y una mesa con un perfil más político, del cual participaron diferentes ministros y en donde se reflexionó acerca de cuáles son las cuestiones en las que se puede trabajar para llevar a cabo las mejoras en el sistema educativo.

Hay un gran compromiso de parte de la Bolsa de Comercio de Rosario en desarrollar la innovación en Rosario y la región, desde todos los pilares. El año pasado desarrollamos el Hackaton de agro, generamos el premio BCR a la innovación que este año se vuelve a entregar, en agosto vamos a tener un foro de inversiones y ahora nos volcamos a lo educativo a través del foro”, expresó Drago.

Innovar no es solo tecnología

Tal como expresó la directora ejecutiva de Educar 2050, la sociedad del conocimiento en el que hoy vivimos nos impone transformaciones de todo tipo: en la forma de trabajar, en la forma de intercambiar con los demás, y también en la forma en que educamos. “El mundo está en constante movimiento y nos impulsa a ser adaptativos a los cambios. Si bien la escuela ha presentado algunas transformaciones, sigue bastante rígida en su formato. La escuela necesita mutar para responder mejor a las necesidades actuales, a través del desarrollo de nuevas capacidades y competencias”.

Cortelezzi sostiene que “lo que nos están diciendo los diferentes estudios es que de la forma en que venimos trabajando hace años no estamos logrando las mejoras en los aprendizajes. Hay muchos déficits en el aprendizaje y eso significa que necesitamos revisar nuestras prácticas escolares, que necesitamos pensar la educación desde otro lugar”.

Consultada acerca de qué implica innovar en educación, la directora expresó: “Innovar tiene que ver no solo con incorporar las nuevas tecnologías. Innovar es pensar nuevas prácticas pedagógicas en las escuelas que ayuden a responder a este mundo tan cambiante”.

“Pensar desde la escuela cómo puedo mejorar cambiando la perspectiva. Esto no solo requiere una escuela altamente tecnologizada, es pensar un aprendizaje donde los jóvenes son partícipes de la construcción del mismo, donde el docente no solamente da una clase expositiva sino que diseña proyectos con sus alumnos para llegar a objetivos concretos, donde los docentes dialogan con otros y generan espacios de intercambio en la estructura de la escuela que tienen hoy, donde el director puede dialogar con el docente sobre trabajar en las mejoras, donde se piensa la educación como punto central para que los jóvenes aprendan a pensar”.