Una ley votada en la Legislatura provincial obliga a los concejos municipales a actualizar la cantidad de ediles según el censo de población. Sin embargo, el debate gira no sólo en torno al aumento de concejales (de 22 a 24), sino también a la procedencia de los mismos, para garantizar que todos los sectores de la ciudad se vean representados en el Palacio Vasallo.
En su blog Conexión Rosario, el periodista Adrian Gerber describe la imagen de la actual composición del Concejo y señala que si bien “los distintos partidos políticos están debidamente representados (respetando mayorías y minorías), si el foco apunta a la cuestión territorial, aparece una imagen totalmente desequilibrada y desproporcionada: de los 22 concejales que tiene el cuerpo legislativo –dice–,16 tienen su residencia particular en el Distrito Centro, tres en el Noroeste (más específicamente viven en Fisherton), dos en el Sudoeste (a escasas cuadras del límite con el Distrito Centro) y uno en el Norte. Así, es evidente que hay sectores de la ciudad que están huérfanos de representación política”, concluye.
Aunque el tema ganó actualidad tras la nueva ley, la preocupación por lograr un cuerpo legislativo local representativo de todos los sectores geográficos de la ciudad, no es nuevo. En 1998, el concejal Héctor Cavallero (PPS) presentó un proyecto que intentaba dar respuesta a esa inquietud.
“En el proyecto proponíamos que la cifra total de concejales para Rosario fuese 36, de los cuales 18 integraban la lista global, independientemente del lugar geográfico del que procedían, y los 18 restantes debían representar a los seis distritos de la ciudad (centro, norte, noroeste, oeste, sudoeste y sur) tres por cada uno. De este modo, pretendíamos garantizar que la mitad del Concejo estuviera abocada a los problemas estructurales y funcionales de toda la ciudad, y la otra mitad, dedicada en particular a los problemas y necesidades puntuales de cada distrito”, explicó Cavallero a Rosario3.com.
La iniciativa incluía algunos requisitos que los representantes distritales debían cumplir a fin de acceder al cargo y mantenerlo. El representante de cada región geográfica debía tener 4 años de residencia efectiva en el lugar y su mandato sería revocado automáticamente si se mudaba a otro barrio de la ciudad, luego de ser elegido.
“La idea era garantizar no sólo el conocimiento de su zona por parte de cada concejal distrital, sino también la posibilidad de que los vecinos ejercieran el control sobre el desempeño del legislador, al que seguían encontrando en el barrio”, señaló Cavallero, y agregó que esa modalidad de composición “es muy similar al sistema mixto alemán”.
Pero las opiniones no son unánimes con relación a la representatividad legislativa y su vinculación con el lugar de procedencia del candidato. Para el concejal Jorge Boasso (UCR) –quien desde 2011 se viene manifestando en contra del aumento del número de ediles– “la representatividad territorial no garantiza nada. Hubo concejales barriales que resultaron pésimos, o que una vez elegidos, se mudaron al centro; y a la inversa, hubo otros que aún viviendo en el macrocentro, trabajaron más para los barrios que para su propio ejido”, afirmó.
Para reafirmar sus dichos, el edil –que actualmente reside en el macrocentro de Rosario– señala que tiene aprobados 2.500 proyectos, de los cuales más del 80 por ciento alcanza a los barrios de la ciudad.
Por su parte, la concejala Laura Wescamp (Unión PRO Federal), vecina de Fisherton, sostiene que “todos los concejales, independientemente de la zona de la cuidad de la que provengan, deben ocuparse de todos los barrios. Si uno se ocupara sólo de su barrio o de su distrito, dejaría de lado al resto, al que también debe representar”.
En ese sentido, la edila apuntó que “para lograr representabidad territorial, debería modificarse la forma de elegir a los concejales, ya que actualmente la población suele conocer a quien encabeza la lista, y poco y nada a los que le siguen. Además –dijo– hay que tener en cuenta que no todos los partidos políticos tienen representantes en cada barrio de la ciudad. En consecuencia, si se eligieran los candidatos por distrito, esos partidos no tendrían chances de participar en la elección, ni de llegar al Concejo", señaló Wescamp.
Concejales por distrito, un proyecto pendiente
En noviembre de 2011, la legisladora del GEN Mónica Peralta, presentó en la Cámara baja de Santa Fe, un proyecto de ley, similar al propuesto por Cavallero, para que los ciudadanos que vivan en municipios de primera categoría puedan también elegir sus concejales por los distritos descentralizados establecidos en cada ciudad.
En los fundamentos de la iniciativa, que aún no perdió estado parlamentario, se detalla que “el concejal distrital tomará parte directa en el control y seguimiento de cada servicio público que preste el municipio, servicios sociales, educación, seguridad, limpieza, espacios públicos, mantenimiento de calles y zonas verdes y tránsito.”
“Estos concejales –sostiene la ahora ex diputada y actual subsecretaria de Cultura municipal– tendrán las competencias y funciones del concejal municipal actual, es decir los concejales que representan a toda la ciudadanía. Integrarán comisiones y participarán de las sesiones pero con una fuerte impronta: la de representar los intereses de su distrito. En tanto, los otros concejales, que se seguirán eligiendo en comicios generales como hasta ahora, deberán especializarse en tener una visión general de los temas estructurales y coyunturales de la ciudad”.
“Los concejales por distrito aportarán algunas funciones específicas, entre ellas: elevar al Concejo Municipal el orden de prioridad para ejecutar obras públicas en el distrito; proponer al Concejo la forma de utilizar otros recursos públicos destinados al respectivo distrito; fomentar la participación activa, consciente y democrática de los vecinos mediante asambleas mensuales en el CDM con las autoridades de los mismos y establecer un cronograma de atención destinado a los vecinos del distrito, el cual no excederá la regularidad de quince días, entre las fechas fijadas”, detalla Peralta, entre las principales tareas a desempeñar por los representantes distritales.

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