El asesinato de Rubén “Tubi" Segovia, el martes pasado, abrió una semana de violencia cuyos coletazos se sienten todavía este lunes con la muerte de uno de los chicos atacados el viernes en Grandoli y Gutiérrez. En el interín, fuerzas federales y provinciales detuvieron el jueves a trece personas en un mega procedimiento en conjunto contra supuestos integrantes de los grupos de los Funes y los Ungaro. Para el fiscal Matías Edery, estas bandas, a diferencia de Los Monos, están menos organizadas y son más violentas. En contacto con Radio 2, advirtió que no son las únicas que se disputan el territorio.

En diálogo con Radiópolis, el programa que conduce Roberto Caferra por Radio 2, Edery analizó los últimos hechos de violencia y los vinculó a las disputas territoriales por el negocio narco-criminal en ciertos sectores de la ciudad.

“Son bandas muy violentas, que han banalizado la violencia”, destacó y comparó: “No tienen la logística de los Cantero”.

“La banda Ungaro-Funes se crea por conveniencia, enemistados con los Caminos”, explicó el fiscal que señaló que ese enfrentamiento se cobró unas 27 vidas en el último año.

La banda de los Funes y de los Ungaro protagonizaron los últimos cruces contra miembros de los Caminos y los Segovia. Apellidos de líderes de facciones criminales que se desarrollaron y crecieron en la zona sur de la ciudad, muchos de ellos presos o muertos por ataques y venganzas cruzadas.

En el megaoperativo del jueves, cayeron Daniela Ungaro, hermana de René, condenado por el crimen de Roberto “Pimpi” Caminos y ex pareja del empresario Luis Medina; y Brisa Amaral, ligada a Lautaro "Lamparita" Funes y testigo del crimen de su hermano Jonatan Funes.

Ambas son investigadas como líderes de la organización Funes-Ungaro, aunque Edery llamó la atención que su libertad de acción se limita a las órdenes que reciben de parte de los jefes encarcelados. Serían las encargadas de transmitir a las líneas inferiores las decisiones de René y los hermanos Lamparita y Alan.