Aunque se mostró satisfecho por la elección realizada, el candidato presidencia por UNA Roberto Lavagna puntualizó en su encuentro con los medios los "numerosos obstáculos" que enfrentó en su campaña e hizo clara alusión al hecho de que en los boca de urna se lo dio tercero con un bajo porcentaje de votos cuando en realidad los resultados que él manejaba eran mejores que los expuestos por los medios apenas cerraron las mesas.

"Enfrentamos numerosos obstáculos, más de los que son convenientes en una democracia", aseguró el ex ministro de Economía, quien puntualizó ante los periodistas: "Algunos procedimientos los pueden haber visto esta noche. A las seis y cinco nos anunciaban terceros con más de diez puntos de diferencia con el segundo, pero con los números y el correr de las horas se han ido modificando estos hechos", sostuvo, cuando los primeros números oficiales todavía lo daban como segundo candidato más votado, tendencia que luego se revertiría ya que Elisa Carrió tomaría la delantera.

"Hay que ser sinceros, algunos pueden tener cierta decepción pero no debe ser así, no hay peor batalla que la que no se da", consideró. "La dimos con mucha convicción y coraje, tenemos las manos limpias", se enorgulleció. "A los que nos votaron gracias, a los que no mucho respeto. Mañana empieza otra etapa", sostuvo.

Profeta en tierra de cuarteto

No es cordobés, pero Lavagna debería empezar a aprender la tonada. Es que acaso de la mano de un radicalismo que siempre tuvo buena inserción en esas tierras, el ex ministro de Economía llevaba la delantera en la provincia mediterránea.

Por eso, el primer dato que se difundió desde el búnker lavagnista era de la provincia de Córdoba, donde escrutados oficialmente el 20 por ciento de los votos obtenía el 33,4 del total, seguido por Cristina Kirchner con 24.

Esos números hicieron que en los primeros datos que se difundieron a nivel nacional, donde Córdoba entró más rápido que otras provincias, Lavagna quedara segundo a nivel nacional (escrutado el 10,4 por ciento de las mesas del país, el ex ministro obtenía 21,49 contra 18,23 de Carrió). Sin embargo, con el correr del escrutinio esos números comenzaron a cambiar.