El Concejo Municipal distinguió este miércoles con el Diploma de Honor a Lisandro "Lichu" Zeno, el joven que encabezó una campaña a favor de la donación de médula ósea en su lucha contra la leucemia. Aún en la recuperación que lleva a cabo tras recibir un trasplante al que fue sometido, el rosarino destaca que la enfermedad le enseñó "vivir día a día" porque entendió que "los planes pueden desaparecer" en un abrir y cerrar de ojos.

En diálogo con el programa Radiópolis (Radio 2) que conduce Roberto Caferra, "Lichu" celebró el reconocimiento que le otorgó el Concejo y manifestó que con su causa "se entendió que es muy fácil salvar una vida con solo ser donante".

En el Palacio Vasallo, además de la distinción a "Lichu", se realizó una jornada de donación de sangre e inscripción de donantes de médula ósea.

Lejos de despegarse de lo vivido, el joven le "agradeció" a la enfermedad contra la que combatió durante casi un año. "Me enseñó mucho y me ayudó a crecer. Me dí cuenta de muchas cosas. Ahora pienso en el día a día, porque así me lo mostró la leucemia. Porque de un día para el otro tuve una recaída y los planes que tenía para mi vida desaparecieron", agregó.

Consultado sobre el trasplante de médula ósea que recibió por parte de un ciudadano brasilero, Zeno reflexionó: "Si no aparecía, me moría". A su vez, consideró que en el momento en el que no aparecía donante se aferró "a la vida".

"Ante una situación así quedan dos opciones: ponerte triste y en víctima o darle para adelante con una sonrisa. Cuando me diagnosticaron leucemia, el hospital donde estaba parecía un velorio. Entraba gente llorando, me abrazaban como si me fuera a morir. Yo les pedía a todos que le metamos onda porque también de eso dependía mi tratamiento. Nunca me permití estar mal", relató.

Lisandro, según contó, tiene "ganas de viajar" cuando los médicos se lo permitan. Mientras, enfatizó que seguirá comprometido con la creación de la Casa del Donante, que ya anunció la intendenta Mónica Fein, y con las campañas de donación de médula ósea.