Fuentes de la capitanía de puertos, que depende de la Secretaría (ministerio) de Comunicaciones y Transportes del Gobierno de México, dijeron aque en la cacería participaron "autoridades locales, estatales y federales".

La playa de Troncones, a 45 minutos del casco urbano de Zihuatanejo, "está infestada con cientos de tiburones" y las autoridades locales "estaban desesperadas", indicó un funcionario que pidió el anonimato.

El pasado 12 de abril, según la fuente, murió un mexicano originario de Michoacán (centro) literalmente devorado por un tiburón y el pasado día 28 un estadounidense fue atacado y falleció cuando recibía atención en la playa.

El funcionario aseguró que la caza se realizó por una única vez para ayudar a eliminar "la psicosis" entre la gente de esa zona turística del país, que recibe este fin de semana, por el festivo del día del trabajo, a unos 15.000 turistas y acoge un torneo internacional de pesca de pez vela.

Sin embargo, fuentes del gobierno del estado sureño de Guerrero, donde se encuentra Zihuatanejo, dijeron a Efe que en el operativo pesquero "nada tuvieron que ver" las autoridades locales.

"Está mal que hagan estas cosas, el tiburón está en peligro de extinción", señalaron las mismas fuentes.

Los tiburones cazados fueron exhibidos en el malecón de Zihuatanejo y transportados en una camioneta de la dependencia, como pudo atestiguar la prensa gráfica en el lugar.

Las organizaciones ambientales Costasalvaje y SOS Bahía de Zihuatanejo denunciaron hoy en un comunicado la caza de los tiburones, la mayoría de ellos pequeños, y demandaron que se detenga "la matanza".

Es "un intento de autoridades de México para mantener el turismo, luego de que el pasado lunes, un surfista estadounidense se desangrara a consecuencia de la mordedura de un tiburón tigre", destaca la nota.

La embajada de Estados Unidos en la capital mexicana confirmó que un estadounidense llamado Adrian David Ruiz, de 25 años y originario de la ciudad de San Francisco (California, EE.UU.) murió luego del ataque de un escualo en el municipio La Unión, donde se encuentra Troncones.

Natalia Parra, representante de Costasalvaje, una ONG con sede en San Diego (California), criticó que las autoridades "en vez de poner advertencias instalen palangres en 200 metros de playa", en los que han caído sobretodo tiburones de las especies "chato" y "volador".

Según la activista, es "muy raro" ver escualos en la zona y solo se trata de "una migración temporal".

Fuente: EFE