El miembro de la Asociación de Taxis de San Lorenzo, Rubén Reide, quien acompañó desde el primer momento de la desaparición de Paula Perassi a la familia, encontró este miércoles por la mañana frente a su casa un cajón y una lápida de cartón que contiene la frase “Próximo Perassi, desaparición y muerte”.

Tras el procesamiento dictado por el juez, Juan José Tutau, a todos los imputados en la causa donde se investiga la desaparición de Paula Perassi, el pasado miércoles el taller donde trabaja el padre de la víctima sufrió la rotura de las ventanas. Horas más tarde, apareció una cruz que atravesaba las rejas de la puerta del mismo inmueble. En este caso, un vecino confesó que colocó dicho símbolo para proteger a la familia.

La amenaza se produjo a horas de conocerse la decisión del juez Tutau de procesar –tal cual solicitó la Fiscalía– a todos los imputados en la causa. En total son ocho, cinco policías y tres civiles entre los que se cuentan al amante de Paula y padre del bebé que llevaba en el vientre, Gabriel Strumia; su esposa, Roxana Michl y una segunda mujer que habría realizado el aborto. Los fiscales Donato Trotta y Román Moscetta abonan la hipótesis de que la mujer fue secuestrada y obligada a interrumpir su embarazo con un método que finalmente la condujo a la muerte.

La decisión del magistrado se conoció el martes de la semana pasada desde los tribunales de San Lorenzo, donde muchas veces Alberto y su esposa Alicia se encadenaron para pedir justicia.

Los procesados son: Strumia, Michl, Mirta Rusñinsky; y los agentes, Aldo Gómez, María José Galtelli, Adolfo Puyol, Jorge Enrique Krenz y Ramón Godoy.