Más de ocho mil trabajadores de las cooperativas mineras de Bolivia marcharon y detonaron dinamita este martes en las calles de La Paz en rechazo a un proyecto del presidente Evo Morales para incrementar los impuestos en el sector.

Andrés Villca, presidente de la Federación de Cooperativas Mineras (Fencomin), un poderoso sector sindical ex aliado de Morales, dijo que decidieron realizar la movilización, pese a que el mandatario ofreció "congelar" la aplicación del nuevo tributo en el caso específico de las cooperativas.

Según el dirigente, ese compromiso no es suficiente para suspender las protestas iniciadas con la marcha, que descendió desde la vecina ciudad de El Alto hasta las calles de La Paz, porque el sector demanda la anulación del proyecto de ley que existe sobre el asunto.

El Ejecutivo modificará el Impuesto Complementario a la Minería (ICM) para fijar tributos adicionales con un aumento promedio de entre el 60 y 70 por ciento, dependiendo del precio internacional de cada mineral.

Según Morales, de los más de 1.000 millones de dólares que le reportaron a Bolivia las exportaciones mineras en el 2006, el Estado únicamente percibió 45 millones de dólares y se pretende que con el aumento del ICM la cifra suba a 80 millones de dólares.

Las cooperativas mineras, que tienen cerca de 50.000 afiliados que trabajan como microempresarios, protagonizaron en octubre del 2006 un violento enfrentamiento con mineros del Estado por el control de un yacimiento de estaño, donde hubo 16 muertos de ambos bandos.

Como consecuencia, el presidente Morales destituyó al ministro de Minería, Walter Villarroel, el máximo dirigente de los cooperativistas.