Más gente joven suele morir en verano, mientras que más adultos de edades avanzadas lo hacen en invierno, según un estudio inglés que trabajó con datos de casi 86 millones de norteamericanos.

Los investigadores del Centre for Environment and Health, Imperial College London, en el Reino Unido, analizaron los datos de decesos producidos en Estados Unidos entre 1980 y 2016. Y entonces descubrieron esta particular tendencia.

Más concretamente, el análisis reveló que se producían más muertes de hombres de más de 45 años y de mujeres de más de 35, en los meses de diciembre, enero y febrero, que son los de invierno en el país del norte. En cambio, la cantidad de fallecimientos en dicho grupo de población descendía en los meses de verano de esa región (abril, mayo, junio).

Por el contrario, la cifra de fallecimientos de personas entre los 5 y los 35 años de edad, aumentaban en los meses de junio y julio (verano). También se observó que la cifra de víctimas fallecida por enfermedades del corazón y pulmones era más alta en enero y febrero (invierno), y más baja en verano, con independencia de la edad, según consignó Eureka Alert.

Un dato relevante es que estos datos se mostraban con independencia de la zona del país en la que vivieran esas personas, lo que parece indicar que los factores climáticos no jugaban un papel determinante, de acuerdo a los expertos.