Eduardo Trasante sostuvo que partir del triple crimen que se cobró la vida de su hijo Jeremías y la de otros dos muchachos –Claudio "Mono" Suárez y Adrián "Patom" Rodríguez– hubo un antes y un después en el accionar oficial  frente al narcotráfico. “Fue un punto de inflexión”, aseguró y destacó la actividad que desde la cartera de Seguridad provincial se lleva a cabo para “recuperar la ciudad que Rosario fue”.

En diálogo con el programa A Diario, que conduce Alberto Lotuf por Radio 2, el papá de “Jere” señaló que lo ocurrido aquel verano de 2012 se convirtió en el puntapié inicial para la investigación “de algo que siempre se supo: el alto nivel de narcotráfico y la connivencia policial”.

Sostuvo además que no le caben dudas que su hijo murió por quedar en medio de alguna de las redes que se reparten el negocio de la droga en la ciudad, pero advirtió que como ministro del Evangelio, confía en que "la causa no quedará impune". "A Dios no se le escapa nada ni nadie", dijo.

En tanto, a 17 meses del crimen de Villa Moreno la familia de las víctimas y sus compañeros de militancia siguen reclamando justicia. Por el caso fueron procesados Sergio “El Quemado” Rodríguez, Brian “Pescadito” Sprío, Daniel Alejandro “Teletubi” Delgado y Brian “Damiancito” Romero como “coautores” de los homicios. A ellos se añaden tres policías acusados de encubrimientos.

Los tres militantes del Movimiento 26 de Junio Frente Darío Santillán fueron asesinados en la cancha de Presidente Quintana y Dorrego, el 1 de enero de 2012.