Hasta aquí, se fue Pablo Pérez y nadie nuevo llegó a la Lepra, que tiene por delante un semestre cargado de competencias nacionales e internacionales. Y si bien la política es no “traer por traer” y hay confianza en el plantel actual, hay un nombre que sigue dando vueltas: el de Ignacio Scocco.

Scocco se fue y dejó un vacío difícil de llenar, sobre todo porque Berti nunca pudo dar con un reemplazante que maquillara su ausencia: ni Aquino, ni Muñoz ni hasta Trezeguet alcanzaron siquiera a acercarse al nivel que Nacho exhibió en la primera parte de 2013. Por lo que es lógico que ahora, con el propio artillero de Hughes reclamando más continuidad y disconformidad con su presente en Inter de Brasil, haya vuelto a sonar su nombre por el Parque.

Pero no es sencillo su retorno, ya que los de Porto Alegre no lo van a dejar ir así como así. Primero, para llevarse a Nacho hay que tener mínimo 5 millones de dólares, que es lo que pagó el Rojo cuando lo compró. Y se sabe, la realidad leprosa dista mucho de la posibilidad de hacer semejante desembolso.

Por ende, no se puede competir con algún equipo de otro mercado que quiera llevárselo. Ahora, ¿qué pasa si no aparecen compradores? Allí podría tener su chance Newell’s, gestionando un préstamo que ponga contento al jugador y lo revalorice jugando la Libertadores.

La ingeniería económica de una cesión temporaria, que claramente no será a costo cero, llevó a pensar a la dirigencia leprosa la chance de poner en la mesa de negociación la última cuota por el pase de Nacho que Inter aun no pagó. Eso, si se acepta del lado brasileño, podría allanar el camino.

Como se ve, no es fácil ni mucho menos. Y depende de factores externos como la no aparición de compradores para Nacho y la aceptación de esta carta de parte de los dirigentes gaúchos. La esperanza no se pierde y a Scocco en Newell’s están dispuestos a esperarlo lo que sea. Ya ha demostrado, en su regreso anterior, que no le cuesta agarrar el ritmo de sus compañeros aunque arribe con algún torneo empezado.