El bebé qom que falleció el mes pasado en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela murió por una sepsis pseudomona, un cuadro que en niños lactantes suele ser mortal. Su fallecimiento no estuvo para nada relacionado a la sífilis que padece su madre. Al contrario, el niño, de acuerdo a lo que indicaron fuentes oficiales estaba sano y enfermó. El dato más relevante es que la criatura estaba bajo guardia del Estado en un centro especializado dependiente del gobierno provincial, en el marco de una medida de protección estatal. Se trata de un caso que expone con crudeza el extremo de la precariedad en la que viven ciertos sectores y en el que transitan sus maternidades algunas mujeres. De acuerdo a lo que trascendió, la mamá del niñito tiene 4 hijos más y el mayor de ellos fue denunciado por abusar sexualmente del resto de los hermanitos, por lo cual, todos fueron separados de ella.

Santino murió el domingo 18 de noviembre en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela. Tras su deceso, autoridades de la Subsecretaría de los Derechos de la Niñez, Adolescencia y Familia de la provincia y del Ministerio Público de la Acusación (MPA) dieron detalles sobre las causas del deceso y el contexto en que se dio, en una conferencia de prensa. La directora de Promoción de los Derechos de la Niñez, Adolescencia y Familia - Rosario, Claudia Aguilera confirmó en esa oportunidad que el nene murió como consecuencia de un “shock séptico”, producto de una “sífilis congénita, y problemas respiratorios”. “El bebé nació con sífilis congénita, y problemas respiratorios, estuvo mucho tiempo en neonatología por no tener los chequeos pre natales. Cuando fue dado de alta, fue ingresado a una institución de la Dirección, y el domingo, por una complicación respiratoria, falleció tras un shock séptico”, completó.

Rosario3.com consultó a la directora del Hospital de Niños, Viviana Esquivel, al respecto y la profesional descartó que la sífilis haya sido una causa del deceso. “El bebé nació con una sífilis congénita pero fue tratado en la Maternidad Martin, donde nació, con una profilaxis por lo tanto no murió de sífilis, esta enfermedad es sólo un antecedente pero no tiene ninguna relación con su muerte”, sostuvo. Cuestionada en este sentido, Aguilera admitió que hubo un “error de comunicación” y descartó, en sintonía con Esquivel, que la sífilis haya sido una desencadenante del fallecimiento. “No, de ninguna manera murió de eso, está mal. La mamá tenía sífilis pero no fue esa la causa de su fallecimiento”, remarcó.

Tampoco el niño estaba enfermo. Aunque se sostuvo oficialmente que sufría problemas respiratorios, desde el Centro de Salud Villa Corrientes (Amenábar 1315), donde se atendió al pequeño en dos ocasiones, confirmaron que el chiquito era un “bebé sano”. La pediatra Lorena Garnedi fue quien vio al bebé antes de que fuera internado en el Vilela: “El nene nació en la Maternidad Martin donde su cumple con el protocolo habitual ante un caso de sífilis en una mujer que da a luz. Se la trató a la mamá y al bebé al nacer con penicilina y queda internado ahí. Luego, Niñez toma la medida de excepción”, observó.

De acuerdo a lo que explicó la profesional, el tratamiento al que fue sometido el chico, permite que su salud sea normal y estable, sólo es requerido un seguimimiento médico preventivo. “Lo que le pasó nada tiene que ver con la sífilis de su mamá, en los controles que hicimos él gozaba de buen estado de salud, el nene fallece por una sepsis pseudomona, que conlleva pocas posibilides de sobrevida en un bebé con esa edad”, manifestó.

“No es negligencia de nadie, le puede ocurrir a cualquier bebé”, subrayó. Lo mismo apuntó Esquivel, quien mencionó que el germen en cuestión puede atacar a cualquier persona y que suele ser fatal.

El caso de Santino revela la precariedad con la que se vive –se sobrevive– en algunos rincones de la ciudad. Si bien su muerte, de acuerdo a las fuentes consultadas no está vinculada a la enfermedad de su madre ni a patologías preexistentes, expone con crudeza extrema la realidad de niños y niñas y también de mujeres que deben transitar la maternidad en contextos desprotejidos y carentes no sólo de bienes materiales indispensables sino de acceso a herramientas de pensamiento, de comunicación y acción que les permitan resolver determinadas situaciones. Por otro lado, desnuda las limitaciones del Estado a la hora de intervenir en situaciones tan complejas de abordar.

De acuerdo a lo que publicó anteriormente, el bebé había sido separado de su madre por su propia protección, dado que la mujer tenía otros 4 hijos y el mayor de ellos había sido acusado de abusar del resto de los hermanos. Aguilera en conferencia de prensa informó que “todos los niños de esa familia están institucionalizados, ninguno quiere ver a su madre; ellos manifiestan haber sido reiteradamente abusados dentro de su grupo familiar”.

Por su parte, el fiscal de Flagrancia, Matías Edery, recordó que el bebé fallecido pertenecía a un grupo de “cinco hermanos”, y que existe “una investigación en la que interviene el MPA por una denuncia por la fuga de dos menores, que estaban en un hogar de tránsito por una denuncia de abuso sexual”. El fiscal destacó, además, que los chicos “se escaparon por medios propios y estuvieron gran parte del tiempo con la familia que lo ocultaban”. Es decir, fueron acogidos en instituciones estatales que, seguramente intentaron, pero que tampoco pudieron darle contención.

Sin embargo, la mujer pidió la autopsia del niño que, según informaron desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA) estaba prevista para este martes. La última vez que vio a su hijo fue a poco de nacer ya que el Estado dispuso que estuvieran alejados con fines de proteger a la criatura. En ese lapso, el niñito permaneció bajo custodia provincial, se enfermó y murió sin contacto con ella.