Cuando un paciente presenta una maloclusión o “mala mordida”, la causa puede ser una mala disposición de los dientes, o en otros casos un problema en el desarrollo de los maxilares. Los primeros, son tratados con ortodoncia y se obtienen muy buenos resultados.

Pero si el problema está en las bases óseas, seguramente el paciente presente una alteración estética: como ser una mandíbula muy grande, con mordida invertida, o mandíbula muy pequeña y atrás, o ambos maxilares muy pequeños, o desvíos laterales que hacen que el rostro sea asimétrico. La afectación facial por estas alteraciones de crecimiento suele ser de tal magnitud, que el paciente presenta problemas de autoestima, de desvalorización y hasta de falta de inserción en el medio social que lo rodea. Más aún en la época actual, donde una buena cara y una buena sonrisa son sinónimo de bienestar y éxito.

Al respecto, la Dra. Elisa Tuber, especialista en Ortodoncia, comentó a Rosario3.com que "estos pacientes no lograrán nunca un buen resultado con un tratamiento sólo ortodóncico, porque nunca quedará la mordida y los dientes en posiciones óptimas, y además lo más importante es que no se solucionarán los problemas estéticos".

- ¿Cuál es el tratamiento indicado en estos pacientes que presentan alteraciones esqueletales?

Debemos hacer un muy buen diagnóstico de las estructuras dentarias, craneofaciales y fundamentalmente, de la estética facial, utilizando análisis que miden el rostro de frente y de perfil y permiten detectar con exactitud dónde están los problemas.

Luego se debe planificar un tratamiento ORTODÓNCICO- QUIRÚRGICO. Este tratamiento comienza con una ortodoncia que no busca mejorar la mordida en el estado actual de la estructura facial, sino que la prepara para que los dientes ocluyan perfectamente después de la cirugía. Este tratamiento debe estar a cargo de un ortodoncista que participe de un equipo quirúrgico y que esté especializado en este tipo de tratamientos.

Una vez que la ortodoncia logra sus objetivos, llega el momento de la Cirugía de los maxilares, denominada Ortognática, que es una rama de la cirugía maxilofacial. Acá no se trata de reconstruir un paciente que ha sufrido una fractura de los maxilares, o quitar una patología presente en ellos, sino que se  trata de mover las estructuras a otras posiciones diferentes a las originales, para que el paciente quede con armonía facial y una buena oclusión dentaria.

Toda la cirugía se realiza por dentro de la boca, sin que queden cicatrices externas. Debe ser perfectamente planificada, de una manera muy detallista, para lo cual contamos con un software de planificación quirúrgica que además, permite previsualizar el resultado estético de la cirugía propuesta.

Tenemos el orgullo de que el Centro Odontológico Privado fue la primera institución del país en utilizar este Software (DOLPHIN), algo que venimos haciendo desde hace ya 5 años.

El uso de éste permite apreciar los cambios que se producirán en el rostro y se enseñan a los pacientes para que tengan una idea muy cierta de cuál va a ser el resultado final, algo que les da mayor seguridad para la cirugía.

La última etapa del tratamiento es la finalización y retiro de la ortodoncia, que se realiza a los 3 o 4 meses.

En el Centro Odontológico Privado formamos un equipo, donde ortodoncistas y cirujanos compartimos con el paciente todos los aspectos de su tratamiento y escuchamos sus deseos, sus expectativas y sus necesidades. Queremos que el paciente se sienta seguro desde el inicio de su tratamiento, y por supuesto, feliz al finalizarlo.

Dra. Elisa Tuber (Mat. 1938)
Especialista en Ortodoncia
Centro Odontológico Privado