Los franceses festejaron este martes en París el pase de su selección a una tercera final de un Mundial de fútbol, después de la de 1998 y 2006, con loas a Kylian Mbappé y a Samuel Umtiti, el goleador en la victoria ante Bélgica (1-0).

En París, unos 2.100 kilómetros de San Petersburgo, palco de las semifinales franco-belgas, el ambiente futbolístico hervía como no lo hacía desde hace tiempo.

En un ambiente extrañamente febril, los bares y restaurantes del centro estaban ya repletos una hora antes del encuentro.

También registró lleno la plaza del Ayuntamiento parisino, a las orillas del Sena, donde se agolparon miles hinchas frente a una gigantesca pantalla.

Los miles de hinchas también hicieron la fiesta en otro lugar emblemático de París, los Campos Elíseos, donde miles de seguidores se lanzaron a la avenida con banderas y petardos en imágenes que recordaron los festejos del Mundial del 98.

En otros puntos de la ciudad, como Montmartre o Grands Boulevards, la celebración invadía también las calles.

El presidente galo, Emmanuel Macron, presente en el partido, tampoco tardó en reaccionar en su cuenta de Twitter: "Estamos en la final. Nos vemos este domingo para ganarla".