El año pasado vinieron algunas figuras internacionales y este año arranca de manera prometedora, con las inminentes visitas de Bob Dylan y Andrés Calamaro, lo que hace que muchos piensen en la utopía de que Rosario vuelva a ser o se convierta en cita obligada de los artistas que visitan Buenos Aires. Sin embargo, los productores de espectáculos señalan que la ciudad está a años luz de ser plaza viable para espectáculos de la talla de Madonna o los Rolling Stones.
¿Qué factores juegan en contra? La ausencia de empresas que apoyen los shows y la falta de un espacio para convocatorias masivas complican el desembarco en Rosario de artistas que sí pasan por Córdoba e incluso otras plazas del interior. Los productores de espectáculos señalan, además, que la situación se complica por la naturaleza del rosarino, que se niega a pagar demasiado dinero por una entrada, y por el impuesto municipal del 5,5% de la recaudación bruta, que en otras ciudades no existe.También están los que aseguran que en Córdoba, por ejemplo, el entretenimiento es una política de estado mientras que en Rosario el gobierno muchas veces es competencia directa.
En los meses que siguieron a la crisis de 2001 fueron pocas las visitas internacionales que se animaron a hacer escala en el país durante sus giras sudamericanas. Cachets inalcanzables colocaban a esas figuras fuera del mapa, ya que no había entrada o sponsors que pudieran hacer frente a cifras ahora triplicadas tras la salida de la paridad.
Sin embargo, a medida que el argentino recuperó su poder adquisitivo, los empresarios de espectáculos comenzaron a animarse a traer artistas de otras latitudes. Sin duda 2006 marcó un hito: vinieron U2 y Rolling Stones, también Oasis, Santana y Robbie Williams. Más allá de la cita obligada en Buenos Aires, muchas veces estos shows llegaban a Córdoba y Mendoza. Pero nunca a la cuna de la bandera.
¿Cambió esta situación el año pasado, cuando varios artistas pasaron por la ciudad? Alejandro Sanz, Chayanne, Maná y Serrat-Sabina fueron algunos de los espectáculos de 2007. En rigor, hubo otras citas pero de artistas pero de menor convocatoria (Milton Nascimento, Marisa Monte, Gal Costa, Paralamas, Café Tacaba, Alberto Cortés, el ex guitarrista de Guns and Roses Gilby Clarke).
“Nos la estamos jugando de cabeza”, asegura Gastón Abiad a Rosario3.com, cuya productora trae el 18 de marzo a Bob Dylan al Hipódromo. “Es una apuesta a ver si rosario, como sucede en Córdoba, puede soportar cualquier tipo de público o si solo funciona lo popular”, comenta. Él subraya que el antecedente de UB40 fue exitoso ya que “explotó el anfiteatro”, aunque aclara que era “otro show, bajo el paraguas de Personal en vivo”.
“Argentina dejo de ser negocio después de 2001. Rosario se recuperó más lento que Buenos Aires”, evalúa. Varios factores complican el horizonte. “La falta de apoyo de las empresas locales es todo un tema. Son inversiones gigantescas. Es cierto que uno paga la seña y después paga la gente, pero si son compromisos grandes el punto de equilibrio es alto”, puntualiza.
Para Juan Pablo Saint Girons, quien junto a su socio Claudio Joison trae el 21 de marzo a Calamaro al Camping Municipal y el año pasado trajo a Alejandro Sanz, “Rosario está considerada una plaza para los artistas internacionales, el problema es que para las empresas locales no existe el concepto de ser sponsor. Córdoba tiene cinco tarjetas de crédito propias y sedes importantes de empresas de telefonía”. ¿Por qué traen al Salmón, artista local pero que vive parte de su tiempo en Europa y cobra como en dólares? “Hace siete años que no viene a la ciudad y es el solista con mayor convocatoria del país junto al Indio Solari”, señala en diálogo con Rosario3.com.
Otro problema planteado por Saint Girons, y también remarcado por los demás productores, es la falta de un espacio para los grandes shows. “¿A dónde llevás a los Rolling Stones si los convencés de venir? Luis Miguel metió 32 mil personas en Central, pero no está acondicionado para espectáculos. Lo mismo pasa con el Hipódromo”, sostiene. En este último espacio, según como se disponga el escenario, pueden entrar cerca de 14 mil personas.
El productor Sergio Grimolizzi, quien el año pasado trabajó con numerosos artistas locales, confirmó a Rosario3.com que este año tiene planes de traer algún show internacional. “Se hacen apuestas porque los empresarios somos un poco locos, somos muchos los que nos dedicamos full time al tema. Es un juego de timba, para mantener la adrenalina”, señala. “Con los espectáculos locales uno tiene una proyección anual, se puede manejar. Pero con los internacionales no, uno apunta a la posibilidad excepcional de poder ver tal o cual show", evalúa.
“Las dificultades de siempre de la ciudad, además de la falta de sponsor está la falta es espacio a donde traer un show grande y el impuesto municipal que es de 5,5 por ciento de la recaudación bruta, que no se paga en otras ciudades”, detalla. Este último punto “si bien no es definitorio se suma a los demás y hace que el productor lo piense más de una vez antes de decidirse”, asegura.
Otro punto, señalado tanto por Saint Girons como por Abiad, es el comportamiento del público rosarino ante los grandes shows. “Todos quieren que vengan artistas importantes, pero a la hora de pagar la entrada les parece siempre cara, incluso cuando son espectáculos únicos. Todos quieren ver, nadie quiere pagar”, señalaron. En este marco, el inminente show de Dylan es una gran apuesta que, aunque riesgosa, los productores esperan que sirva para despertar del letargo tanto a los espectadores como a las empresas locales.


