En el marco del Día Mundial del Reciclador, que se celebró el reciente 1° de marzo, organizaciones sociales y ecologistas destacaron el aporte ambiental y económico de los llamados cartoneros y reclamaron que sean incluidos en sistemas públicos de recolección.

El Taller Ecologista, el Grupo Obispo Angelelli (GOA), el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCyR) reivindicaron la actividad de los recicladores urbanos y recordaron que participan “activamente en una mesa de trabajo” con el municipio para el reconocimiento de dichas tareas como servicio público.

En toda la Argentina, según la FACCyR, hay alrededor de 200 mil cartoneros y cartoneras. Sostienen que “el producto de su trabajo cotidiano supera en varias veces las toneladas de materiales reciclables recolectados a través de las políticas de reciclaje desarrolladas por los gobiernos locales”, que, consideran, “siguen representando un aporte marginal”.

“Lamentablemente, en muchos lugares del país, incluyendo nuestra ciudad, no se han desarrollado políticas decididas a favor del reconocimiento de este trabajo y de la inclusión de los cartoneros en los sistemas públicos de reciclaje”, señalaron las organizaciones.

O peor aún, dicen, “muchas veces ha habido y sigue habiendo políticas que restringen la actividad, tal como ha ocurrido con la eliminación del uso de caballos –como sucede en Rosario– sin brindar alternativas eficaces”.

Proyecto de ordenanza

Frente al desafío de avanzar en políticas públicas inclusivas para el sector, las citadas entidades sociales y ecologistas presentaron, a mediados de 2017, un proyecto de ordenanza –aún no aprobado–, que plantea la creación de un Servicio Público de Recuperación de Residuos Reciclables.

Para esto, aclaran, se deberían desarrollar convenios entre la Municipalidad y agrupaciones y cooperativas de cartoneros para la prestación de servicios de recolección diferenciada de residuos, promoción ambiental para la separación en origen y clasificación y tratamiento de los residuos.

Para este fin, impulsaron el decreto Nº 51.224 a fines del 2017, que encomienda al Ejecutivo el desarrollo de una experiencia de separación en origen incluyendo a cartoneros como actores principales del sistema.

“Durante 2018 y lo que va de 2019 se realizaron 8 reuniones de la mesa conjunta de trabajo prevista en el decreto, de la cual participa la Municipalidad a través de la Subsecretaría de Ambiente, las organizaciones impulsoras e integrantes del Concejo Municipal”, detallaron.

En ese marco se alcanzaron hasta ahora acuerdos sobre la zona de trabajo, conformada por unas 80 manzanas, entre las calles Avellaneda, French, República Dominicana, Velez Sársfield, Formosa y Casilda. También se acordó trabajar con la Cooperativa Cartoneros Unidos, involucrando a 15 y 19 personas en el servicio de recolección diferenciada y promoción ambiental, respectivamente.

Según la Iniciativa Regional para el Reciclaje Inclusivo, liderada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cada cartonero recolecta al menos 2.000 kilos de material reciclable por mes. El cartón y el papel son los materiales más importantes en las cadenas de reciclaje.

Las organizaciones mencionadas estiman que en Rosario se recuperan, a partir del trabajo de los cartoneros, cerca de 100 toneladas por día de cartón y papel. Si en vez de reciclarse, el papel es fabricado desde cero, la producción tiene un impacto ambiental mucho mayor.

El papel consumido en la Argentina es mayormente producido con madera proveniente de monocultivos de pinos en Misiones. Basta imaginar los largos traslados que esto implica para dimensionar el impacto ambiental de su producción. El reciclaje de papel permite ahorrar energía y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Día del Reciclador

El Día Mundial de Reciclador se conmemora a raíz del trágico hecho ocurrido en Colombia en 1992, cuando fueron asesinados al menos 12 trabajadores cartoneros y se descubrió que personal y autoridades de la Universidad Libre de Barranquilla estaban involucrados con la masacre, pretendiendo vender los cadáveres o sus órganos.