La pasión generá todo tipo de reacciones y de historias excéntricas. El Argentina y Brasil que se jugará en Rosario ya comenzó a desnudar alguna de ellas. Marcelo, un médico de 42 años llegó a la ciudad el martes a la noche desde Río Grande, Tierra del Fuego, y se fue a hacer la cola para sacar tres entradas, para él y sus dos hijos de 14 y 12 años. No consiguió pero dio con un revendedor que le ofreció tres plateas altas de 250 pesos a 500 pesos cada una. “Estoy feliz”, dijo el hombre, muy lejos de considerarse como víctima de una estafa.

Marcelo contó a Radiópolis que llegó a las 23 y se fue directo a hacer la cola en Central pero se sorpredió al ver que había once cuadras. Durante la madrugada ganó lugares - “me colé”, reconoció- pero no hubo caso, se quedó con las manos vacías.

Cuando sacó cuentas entre la cantidad de personas que había afuera del Gigante de Arroyito y los lugares disponibles en ventanilla, entendió que no iba a poder cumplir su sueño. “Comencé a caminar por la costanera del río para calmarme cuando un señor me ofreció entradas”, dijo Marcelo, quien aseguró que son originales porque las comparó con otras y porque así se lo confimaron desde “seguridad del estadio”.

Cualquiera podría detenerse a denunciar el negocio de la reventa a sólo 50 metros de la cancha (este médico terminó pagando 1500 pesos en lugar de 750 por los tres lugares) o de cómo desde el propio estadio confirman a una persona que duda de la legalidad de su entrada sin preguntar dónde la consiguió, pero Marcelo aseguró estar “feliz”.

Había intentado hacer las cosas bien al sacar la tarjeta Italcred y comprar los tickets por teléfono a través de Topshow, pero no fue posible. Entonces, recorrió miles de kilómetros, gastó 10 mil pesos y todo para compartir un partido de fútbol con sus hijos. Al final lo logró y el resto parece no importarle demasiado.

El caso de Miguel, que también habló con Radio 2 este miércoles a la tarde, es menos romántico. Él   consiguió la entrada gracias a unos amigos que tiene en Brasil (la AFA derivó 1500 plateas a ese país) y contó que el sábado irá con la camiseta de esa selección no sólo porque le gusta cómo juega al fútbol sino porque está “cansado” de la mala organización que calificó como típicas en Argentina.