Un joven de 20 años protagonizó un violento hecho en una vivienda ubicada en la zona de la ribera de Quilmes. Robó un caballo, lo desmayó a ladrillazos, lo dejó en estado agonizante en el patio de su casa y se fue a dormir. Fue denunciado por su propia madre en la comisaría. El animal tuvo que ser sacrificado.

Según relataron desde la organización Caballos de Quilmes, la mamá del delincuente se presentó en la comisaría 1ª de esa localidad bonaerense para denunciar a su hijo. Quería que lo detuvieran, ya que además del robo y maltrato animal temía por la vida de su cuñada que cursa un embarazo.

La mujer señaló que su hijo estaba "sacado", que robó el caballo de un vecino cartonero y después comenzó a pegarle al equino con un ladrillo. Los golpes los dio con tanta fuerza que rompió el cráneo del animal y parte de su cara. Desde la ONG señalaron que el chico venía de consumir paco durante cuatro días.

Los hermanos del delincuente se despertaron por los gritos y golpes que escucharon. El caballo en ese momento ya estaba tendido en el suelo, desmayado. “Lo hago porque alguien tiene que morir hoy”, dijo según los testigos.

Después de que sus hermanos lo frenaron, se dirigió a su casa para descansar. En ese momento acudieron a la comisaría para contar lo ocurrido. La policía se contactó con la ONG Caballso de Quilmes y uno de los representantes constató que el equino aún no había fallecido y que se estaba ahogando con su propia sangre. Con un veterinario optaron por sacrificarlo porque era imposible salvarle la vida.