La comunidad de artistas rosarinos está convulsionada. Es que lejos de aquel cuadro del artista de Augusto Schiavone que pintó a su grupo de artistas amigos compartiendo unas copas de vino nada más y nada menos que en su propio atelier, los artistas de la ciudad se encuentran lejos de la armonía y la amistad de ese cuadro y en todo caso están sumidos en un acalorado debate por el futuro de las artes plásticas en la ciudad. Luego de que se hiciera pública la designación del artista Carlos Herrera al frente de los dos museos de arte Castagnino y Macro la sociedad de los artistas rosarinos elevó una carta al intendente Lifschitz en contra de las designaciones a dedo en las instituciones públicas.
La misiva que empezó a circular por mail ya cuenta con más de cien firmas entre las que se destacan los nombres de los artistas Xil Buffone, Ana Gallardo, Hernán Molina, Diana Randazzo, Emilio Torti, Horacio Zabala, Aurelio García, Daniel García, Marcelo Gutman, Mauro Machado, el crítico y docente Edgardo Donoso, el galerista y coleccionista, Eduardo Miretti, y el periodista, Osvaldo Bazán, entre otros.
Aunque la nota surgió luego de que Fernando Farina, actual director de los museos y futuro secretario de Cultura de la Municipalidad nombrara a Carlos Herrera como su sucesor. Sin embargo, profundiza en otros puntos que hacen a la realidad cultural como el presupuesto destinado a ese área.
En el mensaje al intendente manifiestan su preocupación por la situación de los museos de arte: el de Bellas Artes Castagnino y de Arte Contemporáneo, Macro . Ante la inminente renovación de autoridades, frente a una nueva gestión, se expresan en total desacuerdo con designar al director de dichas instituciones de modo apresurado y discrecionalmente."Existen otros procedimientos democráticos que garantizarían la debida representatividad, capacitación e idoneidad del elegido", dice la carta.
Aunque no fue uno de los que redactó la misiva el artista Daniel García, dijo a Rosario3.com que decidió firmarla para instalar un debate de fondo que vaya más allá de las críticas a las nuevas autoridades. "Siempre se eligieron de ese modo y nunca por concurso pero lo interesante de la carta es que tome conocimiento público toda una situación general que atraviesa la cultura", opinó García. Y añadió: "Todas las autoridades deberían tener ciertos criterios para ocupar esos cargos y aún deberían tenerlos quienes los eligen. Incluso todos los empleados de un museo deberían ser elegidos de esa manera o por concurso, desde los encargados del montaje, la cura de obras o el mantenimiento".
"Consideramos que en el caso del Castagnino, (se trata de la colección de arte argentino más importante del país luego de la del Museo Nacional de Bellas Artes), es necesario conducir a la institución con coordenadas museológicas claras, profundizando la investigación histórica, la conservación y divulgación de este extraordinario patrimonio", dice la carta firmada por los artistas y personalidades de la cultura local. Y en esa misma línea se ubica García quien asegura que es necesario precisar un proyecto para el Museo Castagnino y otro para el Macro. "Tienen una colección y una misión bien distinta, por lo tanto deberían estar separados porque sus objetivos y públicos también son diferentes", señaló.
Aunque reconoció tener ciertas discrepancias con el futuro secretario de Cultura, García señaló que no hay que perder de vista que gracias a Farina "existe el Macro y fue él quien soñó ese lugar y peleó por mucho tiempo para que se haga realidad". En este sentido, llamó a los miembros de la comunidad de artistas a no perder el norte del debate que hoy los convoca.
"Asimismo producir la división administrativa, presupuestaria y programática de los museos. Ambas instituciones deberían desarrollar sus respectivos objetivos y programas con independencia uno del otro, contando para ello con los recursos y medios para tal fin, más allá de voluntades de privados, fundaciones o spónsores de turno", continúa el mensaje que le llegará en breve al intendente. Actualmente el aporte estatal hace que los museos puedan costear el sueldo de los empleados mientras que el grueso del desembolso viene del sector privado que sostiene en más de una oportunidad el desarrollo de exposicíones y otras actividades. "Está bien que las empresas se compromentan con el arte y los museos el Estado debe asegurar que estos espacios funcionen dignamente con sus aportes. o está mal que las empresas fomenten la cultura pero el Estado y la sociedad deben entender, como sucede en otros países, que lo destinado a cultura no es un gasto sino que se puede convertir en un ingreso económico para la ciudad y la región si se implementa y gestiona bien", dijo García.