A los graves problemas económicos por los que atraviesa Rumanía, se ha sumado una grave crisis política que ha desembocado este martes en la caída del gobierno conservador por una "moción de censura".

Tras sólo diez meses después de su constitución, el Ejecutivo del primer ministro Emil Boc ha fue desplazado por una moción apoyada por todos los partidos de la oposición, con lo que se ha convertido en el primer Ejecutivo rumano que cae de esta forma en los 20 años de democracia desde la del comunismo.

Los liberales del PNL, el partido de la minoría húngara (UDMR), y hasta sus antiguos socios socialdemócratas han acusado al Partido Democrático Liberal (PDL) de Boc de gestionar de forma deficiente crisis económica y de carecer de legitimidad por no tener el apoyo mayoritario del Parlamento.

Por su parte, el todavía primer ministro aseguró que el ataque se debió a que su gobierno "ha querido eliminar los privilegios de los parlamentarios", en referencia a los recortes de pensiones y salarios públicos para limitar el gasto estatal y que afectarán especialmente a los legisladores. Boc aseguró que su Ejecutivo "ha perdido una batalla, pero no la guerra".

Los problemas para el primer ministro y su partido comenzaron hace una semana, con el abandono de la coalición de gobierno por parte de sus socios socialdemócratas, como protesta por la destitución de su correligionario Dan Nica como ministro del Interior.

Tras ese cese, los socialdemócratas vieron los deseos del presidente Traian Basescu, cercano a Boc, de controlar ese ministerio y de manipular a placer los comicios presidenciales de noviembre.

Los medios rumanos recogieron la advertencia del ministro de Finanzas, Gheorghe Pogea, quien aseguró que no se puede "menospreciar el impacto indirecto de la inestabilidad política en la economía".

De hecho, los analistas no han tardado en destacar las consecuencias negativas que la crisis política tendrá en la valoración del país por parte de las agencias de calificación y la entrada de inversores.

El propio primer ministro relacionó la inestabilidad política con la posibilidad de que Rumanía no pueda cumplir sus compromisos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Europea (CE), con los que Rumanía ha contratado un crédito de 20.000 millones de euros para evitar el colapso económico.

Fuente: EFE