Este jueves por la mañana finalizaron los trabajos de absorción del hidrocarburo que se derramó de la empresa Petrobrás al río Paraná como consecuencia de las fuertes lluvias. El fluido había rebalsado las piletas a causa de las intensas lluvias y se había vertido en las aguas del arroyo San Lorenzo, que desemboca en el Paraná.

Prefectura Naval San Lorenzo, junto a Repsol YPF y la empresa Cintra (especialista en contención de derrames) colocaron sobre el agua barreras de unos 50 metros de longitud y 1,5 metro de profundidad que impidieron que el hidrocarburo –que flota a nivel de la superficie– siguiera expandiéndose. “Alrededor de mediodía, gracias a las bombas de aspiración, los restos de combustible fueron totalmente absorbidos, explica a el prefecto César Jiménez, jefe de operaciones de Prefectura Naval San Lorenzo, a Rosario3.com y todo volvió a la normalidad”.

Ahora, el mayor problema que afronta la población es la incesante crecida del río que se esperaba llegara, a esta altura del mes, a 5,45 metros, pero como consecuencia del temporal y del desagüe de los campos vecinos alcanzó los 5,54 metros y sigue creciendo.

“La altura de evacuación en esta zona es de 5,70 metros, señala Giménez, pero ante las perspectivas de una subida más pronunciada, para evitar mayores complicaciones, los vecinos que viven a orillas del arroyo San Lorenzo –unas 15 familias– decidieron autoevacuarse y ya están alojados en un predio cubierto perteneciente a la Municipalidad de esa ciudad.