Un bebé australiano de siete meses se volvió mundialmente famoso luego de mostrar sus destrezas en el campo del ski acuático. Sin siquiera tener un año, el pequeño Ryder domina como un profesional el agua del lago Dyer.

Enganchado a un minibote y con unos esquíes adaptados a su tamaño, el niño se desliza por el agua sin miedo y con mucho disfrute mientras detrás de él corre su madre, atenta a cualquier accidente. Sin embargo, el bebé no siente peligro alguno y es pura risa de principio a fin.