Cada que vez que sucede una tragedia o una catástrofe importante el rol de los medios de comunicación entra en debate. ¿Hasta donde informar y donde se hace necesario poner un límite? ¿Los relatos y las imágenes de alto impacto pueden ser evitables? ¿Qué pasa con la difusión de imágenes de las víctimas? ¿Cómo ejercer la labor sin ponerse en riesgo en busca de una primicia ni entorpecer el trabajo en medio de la emergencia?

Estas inquietudes, que siempre atraviesan a la labora periodística, cobran mayor presencia en el marco de situaciones como las que se vivieron este martes esta ciudad.

El Sindicato de Prensa de Rosario difundió en estos días una guía para periodistas diseñada recientemente por la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual. El material apunta a dar algunas recomendaciones sobre cómo actuar en la cobertura de catástrofes y desastres.

Retomando el análisis que presenta la Unesco en su Manual de Gestión de  Riesgos de Desastre para Comunicadores Sociales (2011), "el desastre está vinculado con una alteración en el normal funcionamiento de la sociedad que del impacto generado por un fenómeno de origen natural, biológico o causado por la acción del hombre".

En tanto, "se trata de una catástrofe, cuando el hecho genera un elevado número de víctimas y daños y la situación excede las capacidades del país para dar respuesta con los recursos disponibles. Ambos fenómenos afectan a
distintos sectores de la población y requieren el uso extraordinario de recursos humanos y materiales para enfrentar la situación de emergencia".

Entre las buenas prácticas que se detallan en el material figuran:

Las fuentes de información. Identificar cuáles son las principales fuentes gubernamentales y no gubernamentales
vinculadas con la gestión de situaciones de desastre para establecer una agenda de contactos, procurando su pluralidad y diversidad, con el objetivo de brindar la mayor cantidad y calidad de información posible frente a la emergencia.

El rol social. Centrar la cobertura en información precisa y verificada con fuentes jerarquizadas y fehacientes. Evitar la magnificación de datos porque puede incrementar la situación de pánico, como así también la espectacularización de la catástrofe. Asumir que el flujo informativo es irregular, de manera de no forzar la cobertura cuando no haya nuevos datos.

Preservación de la propia vida. Evitar arriesgar la vida por encontrar la primicia. Si la situación o el terreno se tornan peligrosos, es aconsejable que los/las comunicadores/as se pongan a resguardo y sólo continúen la cobertura si es seguro hacerlo.

La información como servicio. Informar, de manera específica, sobre las tareas de asistencia a la población: medidas para prevenir riesgos, accidentes, enfermedades y problemas sanitarios; lugares de traslado y refugio; centros de información sobre nómina de víctimas; hospitales con recursos para recibir damnificadas/os; elementos que se necesitan según las/os especialistas y lugares a donde acercarlos; números telefónicos de emergencia y asistencia.

Respeto. A la intimidad y la integridad humana de las/os afectadas/os. Es recomendable no transmitir imágenes de cadáveres o primerísimos planos de damnificadas/os y heridas/os, dado que exponen intimidades, vulnerando derechos, e intensifican el aspecto dramático no informativo del acontecimiento. Considerar a las personas como sujetos de derecho y respetar su dignidad e intimidad al entrevistarlas/os durante o al instante de ocurrida la situación de desastre para no intensificar su estado de shock al ser consultados por sus pérdidas.

La cobertura de la explosión en Rosario

El secretario de Gobierno del municipio hizo un balance positivo sobre el tratamiento que los medios de comunicación de la ciudad realizaron de la explosión ocurrida el martes en Salta al 2100. En contacto con Radio 2, Fernando Asegurado, sostuvo que "el tratamiento fue ejemplar por parte del periodismo de la ciudad".

"Fueron un fundamental canal de información con los vecinos. Para pedir colaboración, aislamiento en la zona, donación de dadores de sangre. Creo que va en el mismo sentido del trabajo del rescatista, porque respondieron muy bien a todo lo que pedimos. Hay lugares donde solamente un vallado impedía el acceso y lo respetó todo el mundo,
los equipos nos plantean que han trabajado con total tranquilidad", expresó Asegurado.

En tanto, lamentó que una emisora de la ciudad se haya hecho eco de una denuncia falsa sobre la supuesta existencia de 30 cadáveres alojados en el estacionamiento del hipermercado La Gallega y que los organismos oficiales no estaban difundiendo. "Estamos hablando de una persona que hace una terrible denuncia y esa información no fue chequeada por nadie. Hay que ser responsable a quien otorga un micrófono a alguien sin chequearlo", concluyó.