Una multitud participó este Viernes Santo del tradicional Vía Crucis del Padre Ignacio Peries en el barrio Rucci. Bajo un cielo despejado y en una agradable noche de otoño, más de 250 mil personas acompañaron los 6 kilómetros del camino de la cruz, según cálculos de la policía de la provincia. La cifra de asistentes superó ampliamente la cantidad del año pasado, confirmando una vez más el amplio nivel de convocatoria del sacerdote. La homilía final incluyó oraciones por el trabajo en la Argentina, por la solución de los conflictos que se desatan en el país, con una especial mención al desarrollo de las políticas del gobierno nacional.
Debido a la numerosa presencia de gente en el lugar, se desarrolló un importante operativo de tránsito.
En la bendición final también participó el arzobispo de Rosario, Monseñor José Luis Mollaghan. “Un número tan importante de fieles mucho mayor que el año pasado merecen esta bendición”, dijo Mollaghan y pidió una especial oración por la juventud y para que el flagelo de la droga desaparezca de nuestros barrios
La tradicional ceremonia comenzó puntualmente en la Parroquia Natividad del Señor a las 20.30 con las palabras de bienvenida del Padre Ignacio y la oración del Padre Nuestro. El sacerdote invitó a los asistentes comenzar el camino de Cristo “para encontrar la esperanza y la misericordia de Dios por un futuro mejor”.
En el recorrido, fieles llegados de distintos barrio de la ciudad y de otras partes del país acompañaron una verdadera demostración de fe con rezos, peticiones y muestras de devoción.
El Padre Ignacio fue el encargado de presidir el Vía Crucis y orar en el camino de dolor y recogimiento, momento esencial en la vida de los cristianos. Cada una de las estaciones representó el camino de Jesús hacia la muerte en la cruz.
Una oración por el país
La peregrinación culminó minutos antes de la medianoche, en el altar instalado en la esquina de Camino de los Granaderos y Palestina.
Al final del recorrido, la multitud de fieles acompañó el rezo por todos los enfermos. Ignacio no se olvidó de la situación del país y en un tramo de la oración incluyó una oración para que “Dios proteja a Argentina de las epidemias que la afectan”, en referencia a los brotes de dengue que azotan a varias partes del país.
El cura del barrio Rucci también aprovechó la oportunidad para rezar “por los que no tienen trabajo”. La bendición fue para que no falte el trabajo ni los “recursos dignos para mantener los hogares”.
Al mismo tiempo, Ignacio pidió a los asistentes que “recuerden que la felicidad no depende del bolsillo sino de la manera en que desarrollamos desde el interior los conflictos”. “La pobreza intelectual necesita la respuesta de la educación moral y espiritual”, subrayó.
También la homilía final incluyó un pedido a Dios par que resuelva los conflictos que suceden a nivel nacional y mundial. “Que no se produzcan conflictos en el pueblo”, pidió el Padre Ignacio e incluyó en el rezo a todos “los trabajadores del campo”. “Que el Espíritu Santo ilumine al gobierno para construir el país y no destruirlo”, agregó.
Antes de comenzar el Vía Crucis, el padre Ignacio llevó a cabo desde las 17, en el polideportivo Natividad del Señor una bendición especial para los enfermos que no pueden trasladarse por sí mismos.
Las actividades en la Parroquia Natividad del Señor continuarán el próximo domingo con las misas de Pascua a las 8.30, 11 y 19.30.


