"Scaloni no tiene que darle ninguna explicación. Yo creo que a Di María no es por condiciones que no lo citan. Ellos piensan en una renovación. Obviamente Messi es indiscutible. Hay cosas que nosotros hacemos que ustedes no ven. El problema es que están formando una selección nueva y me imagino que es por eso que no lo llamaron, no porque no les guste como juega".

El Coco Basile abre el manual del vestuario en el capítulo 1 y pone blanco sobre negro desde el lugar del entrenador.

La no convocatoria de Angelito para la doble jornada de eliminatorias irritó al futbolista que se ubicó en un lugar si bien no desconocido, sí mucho más vehemente que en otras ocasiones.

"Nosotros no le cerramos la puerta a nadie. Para nada. Al contrario. La selección es de todos. Ahora mismo las cosas están así y eso no implica que en un futuro no pueda ser lo contrario".

Scaloni abre el mismo manual que Basile, en otra página, y ofrece la respuesta que cae de madura: la selección no es de nadie y es de todos. Y después se apoya en la doctrina Pekerman.

"Nos encantaría que todos los chicos a los que les fuimos dando la oportunidad de jugar formen parte del proyecto y no se saquen la camiseta. Pekerman nos inculcaba una manera de entender el fútbol y de defender a la selección. Han entendido el mensaje. No hemos tenido malas caras. El que no juega, apoya desde afuera. Y ellos lo entienden. Las generaciones de ahora siguen dando lo máximo por jugar para su país".

Di María no tiene la misma lectura que el entrenador. El cree, está convencido, de que Scaloni no lo tiene en sus planes. No entiende que forma parte de las reglas del juego, o no lo acepta y por eso aparece furioso vociferando sus esfuerzos, y los que él cree son sus derechos y no de otros, para estar en la primera convocatoria de un año muy particular.

Desde su ombligo, Angelito expone descarnadamente su sentido de pertenencia.

"Si me rompo el ojete en el club es para intentar tener la chance en la selección y poder competir. Es difícil de entender que estando en un buen momento no soy convocado, y tampoco me la han dado... Cada vez que hago un buen partido o salgo mejor jugador, sólo pienso en estar convocado. Es verdad que estuve 12 años, pero es mi sueño y quiero volver a estar".

La declaración de Di María, en la que también recuerda permanentemente su sueño de terminar su carrera en Central, desatiende en parte el derecho que tienen otros futbolistas argentinos de ocupar un lugar en la selección y una probable estrategia de juego planificada por el entrenador en la que su estilo de juego quizás no encaje demasiado por ahora.

Es tan cierto que Di María está en un gran momento como que en la última Copa América perdió el puesto tras el primer partido por un bajísimo rendimiento.

Di María es, probablemente, el mejor futbolista de la generación que se está yendo detrás de Messi. Por encima de Agüero inclusive, que jugó mucho menos que Fideo. Pero desde Brasil 2014 para acá, su rendimiento se desmoronó.  A pesar de haber convertido un gol extraordinario en los octavos de final de Rusia 2018 frente a Francia, hay mucho más en el debe que en el haber.

El fue el mejor futbolista argentino del mundial brasileño hasta que se lesionó y es probable que su ausencia en la final haya sido determinante, pero ya pasaron 6 años.

"Si uno se pone en el recambio, Messi, Agüero y Otamendi no tendrían que estar. Si lo hacés, lo hacés con todos, no con algunos. Vos podés seguir haciendo el recambio, pero tener a algunos..."

En su obsesión, Angelito involucra a otros futbolistas para defender su opinión y no parece ser la mejor receta. Tampoco lo es ponerse a la altura de Messi.

Su sentido de pertenencia es feroz y no atiende atenuantes, ni explicaciones. Y arrasa, probablemente sin quererlo, con todo lo que encuentra a mano para dejar sentada su protesta.

Desconoce la autoridad del entrenador, sólo mira su quinta, involucra a otros futbolistas y se victimiza.

Suele suceder con muchos deportistas. En este caso, de tanto querer a la selección, Angelito, y otros, terminan creyéndose los dueños de la camiseta.