¿Por qué “La Tierra sin mal”? Sólo para acercarle el balbuceo de palabras a un  SUEÑO ANCESTRAL. Tal vez también para asomarme al horizonte irresistible de un camino secular que sigue palpitando, más que nunca, en estos tiempos difíciles que transitamos.

En “La Tierra sin mal” hay una convocatoria silenciosa de SUEÑOS, UTOPÍAS, ESPERANZAS Y ALTERNATIVAS NECESARIAS. Hay,  también, un tesoro enorme y valioso tejido pacientemente por pueblos innumerables, con hilos de todos los colores y los nombres, en la trama desafiante del camino, el trabajo, el dolor y la fiesta. Hombres y mujeres de todos los tiempos y todas las geografías que pintaron, bailaron, caminaron, lloraron, tejieron y parieron su HISTORIA de sol a sol y de noche en noche. Amaron y cuidaron la tierra que pisaron, apreciaron sus regalos y le devolvieron respeto, partiendo cada tanto a nuevos lugares, buscando incansablemente esa tierra sin males tan ansiada.

Algunos vinieron de muy lejos: desde Las Antillas transitaron los TUPI GUARANI estas tierras, quedando una parte en espacios de Brasil y, los otros, siguiendo su peregrinación hasta poblar nuestro ACUÍFERO. Un camino secular entre distancias que hoy recorremos en segundos. Ellos, por palmos, fueron acariciando “La Tierra sin mal”, nosotros, a saltos, entre luces y sombras, vamos gestando EL OTRO MUNDO POSIBLE.

Por eso quiero sumarme a este CAMINAR ESPERANZADO, oteando horizontes, denunciando quimeras, acompañando y  alentando nuevos caminares compartidos, sin prisa y sin pausa.

Mil gracias, Rosario3, por esta puerta abierta.