Cristina Fernández de Kirchner terminó por subir a Javier Milei al ring mayor de la política argentina al dedicarle buena parte de su discurso en La Plata. Habló de la dolarización que propone el economista y los costos que ocasionó en los 90, en la economía, en el bolsillo, en la estructura productiva, en las cuentas bancarias y en vidas humanas. Lo llamó "mamarracho" y, a pesar del tono enérgico, se le río en la cara: “Tenerte miedo a vos, jaja”, lo ninguneó, pero con otras palabras. 

En todos los órdenes de la vida, nombrar a otro, (des)calificarlo, es darle entidad. Y en este caso la figura más importante de la política argentina en una década y media tomó a Milei del brazo y lo subió al ring que hasta ahora compartían exclusivamente el Frente de Todos y Juntos por el Cambio.

Milei cazó al vuelo el juego que le estaban proponiendo. Agarró el celular y se puso a tuitear. ¿Qué dijo? No importa. Lo relevante era sumarse a la conversación con la ex presidenta, que guste o no sigue parada en el centro del sistema político argentino a pesar del poder perdido. Cristina, que está pensando dos o tres jugadas más adelante, le ofreció desde La Plata polarizar con él, empoderarlo en el lugar del adversario que en los últimos años ocupó Juntos por el Cambio. Si le saliera bien y ambos llegaran a un hipotético balotaje, solo Milei es capaz de generar más miedo que este peronismo desmembrado, peleado e ineficaz.

También Juntos por el Cambio acusó recibo. Apenas 12 horas después del discurso en La Plata reunió a Macri, Larreta, Bullrich, Vidal y los precandidatos bonaerenses Santilli y Ritondo. También estuvo el santafesino Federico Angelini. Foto de unidad y acuerdo para bajar los decibeles.


Si bien el fenómeno Milei tiene cierta transversalidad, Cristina y el peronismo creen que ya le sacó mucho al Frente de Todos (quizás todo lo que le podía comer), razón por la cual las encuestas lo ubican en su piso histórico de intención de voto. Por el contrario, sospechan que sigue creciendo porque se está alimentando a costa de Bullrich y Larreta mientras éstos disputan a cielo abierto con Macri metido en el combo. 

Milei es mucho más incómodo para JxC que para el peronismo. Queda en evidencia con los coqueteos de Macri y Bullrich y el intento por derechizar el discurso. Horacio Rodríguez Larreta, el precandidato que vende moderación, esta semana fichó el pase de José Luis Espert a sus filas. Mientras Cristina le propone a Milei el palo a palo, Juntos por el Cambio le planta competencia por el discurso de derecha.

Milei y el peronismo 

 

La idea que expuso la vicepresidenta de que la mejor opción para el Frente de Todos es levantarlo a Milei ante la imposibilidad de crecer por sí mismo gana terreno en todo el peronismo. Van dos botones de muestra. 

En Entre Ríos, el gobernador Bordet anunció esta semana que las elecciones provinciales y nacionales serán unificadas, a pesar de que el año pasado hizo votar una ley especial para acomodar el escenario a un desdoblamiento. La realidad lo fue llevando a cambiar de idea: el crecimiento de Milei puede resultarle un horror en términos ideológicos, pero es una oportunidad de tener un aliado sin alianza. La apuesta es que Milei le coma votos a Juntos por el Cambio en la categoría de presidente, y como Entre Ríos vota con boleta sábana extra larga, el perjudicado sería Rogelio Frigerio que se encamina a ser el candidato a gobernador de la oposición. Bordet hará lo suyo: estampará su foto y su nombre en la categoría de diputados nacionales para “arrastrar” desde el segundo cuerpo de la boleta y así compensar la debilidad del candidato presidencial del Frente de Todos. 

En Santa Fe las elecciones son desdobladas y con boleta única, por lo tanto no hay efecto arrastre. Sin embargo el factor Milei también forma parte de la táctica de la Casa Gris, que alienta con todas sus fuerzas a que haya “un candidato de MIei” en la grilla de gobernadores que le coma votos a Maximiliano Pullaro, Clara García o Carolina Losada. Uno de esos tres nombres peleará la Gobernación por la oposición. El peronismo también alentará que La Libertad Avanza tenga candidato a intendente en Rosario.

Levantar a Milei o unificar las elecciones entrerrianas corre el riesgo de pasarse de rosca. Ya hay encuestadores que se animan a plantear la posibilidad de un escenario de balotaje sin el Frente de Todos. Otro tiro por la culata sería repetir lo que ocurrió con Macri: tanto polarizó el kirchnerismo con el entonces Jefe de Gobierno de porteño, tanto lo levantó, que en 2015 les terminó ganando la presidencia.

Massa y Cristina, un solo destino

 

La intervención de la vicepresidenta en La Plata, una semana después de que Alberto Fernández renunciara a la reelección, dejó también un explícito apoyo al ministro Sergio Massa. No todavía como candidato a presidente, pero sí para que lleve adelante la renegociación con el FMI. 

Massa y Cristina se necesitan y renuevan el compromiso con la alianza que sellaron en 2019. En aquel entonces fue para ganar; ahora para que no los pasen por encima a la luz del mal resultado que tuvo el experimento. Se preparan para jugar en sociedad, defender lo propio y consolidar un núcleo de poder para lo que venga. Ambos van a apostar a reunir la mayor cantidad posible de legisladores nacionales. Massa para eso necesita ser candidato a presidente. El cristinismo se aferrará con uñas y dientes Buenos Aires e intentará colar candidatos en las provincias. El presidente y quienes lo acompañan corren riesgo de ser pato de la boda. Por eso el debate interno es si lista única o competencia interna como quiere la Casa Rosada.

El principio del final

 

Mañana el gobernador Omar Perotti empezará a despedirse del gobierno cuando lea su cuarto y último discurso a la Legislatura provincial. Ante él estará la misma Asamblea Legislativa que el 10 de diciembre lo escuchó azorada trazar una raya donde de un lado ponía a los malos y del otro estaba él y los que estaban con él que venían a cortar “los vínculos del Estado con el delito”.

El vacío de ese consignismo vestido de cruzada ética, que en realidad no era más que una pelea de poder con propios y extraños, quedó expuesto a medida que pasó el tiempo. Allí están las causas judiciales con ex funcionarios imputados por acopio ilegal de información o licitaciones direccionadas; la restauración de las alianzas con sectores del peronismo de los que intentó desprenderse, y el nunca explicado ofrecimiento de beneficios a una de las bandas narcocriminales a cambio de pacificar las calles, cuya denuncia provocó la renuncia de Horacio Lucchini, un opaco funcionario del Ministerio de Seguridad que venía de ser mano derecha del juez federal de Venado Tuerto, Cuello Murúa, y que nunca volvió a ese puesto de trabajo después de dejar el gobierno de Santa Fe.

Desde hace unos días, el gobernador puso a rodar spots publicitaros en modo campaña. El mensaje no admite doble lecturas: “El candidato soy yo”. Tiene lógica. Es el primer paso para luego designar un nombre para sucederlo. Su plan A es el diputado Roberto Mirabella, pero mientras no lo oficialice Mirabella corre riesgo de quedarse sin uñas por la ansiedad que le provoca. Parece estar viviendo una remake de 2021, cuando al filo del cierre de listas Perotti lo bajó a la boleta de Diputados y acordó con Cristina Fernández que el candidato fuera Lewandowski. En la vereda de enfrente el rossimo y el Movimiento Evita siguen conversando, hasta ahora sin encontrar una síntesis entre las precandidaturas de Leandro Busatto y Eduardo Toniolli.

El gobernador maneja los tiempos electorales y la estrategia a su gusto. Nadie en el peronismo tiene capacidad de condicionarlo. Por eso no da señales de intentar negociar cuando desde otros sectores le preguntan por el senador Lewandowski y le muestran que en las encuestas arranca mucho más arriba que Mirabella.

El tablero electoral sale a flote. Carolina Losada oficializará en las próximas horas la candidatura a gobernadora a través de redes, sin actos ni movida política. En el mismo sentido será la comunicación de la candidatura de Clara García, aunque probablemente sea la semana siguiente. Los equipos de ambas precandidatas coinciden en que no hay contexto social para puestas en escena como en otros tiempos. Losada llevará de compañero de fórmula a Federico Angelini del PRO. Falta conocer quiénes acompañarán a Maximiliano Pullaro y García. Ambos hablan de sorpresas.


Buscar afuera

 

Las sorpresas y los outsider van muy a tono con la bronca e incertidumbre que marcan época. Eso explica el sondeo y convocatoria a figuras que no son políticos profesionales, ya sea para encabezar como para complementar. En algunos casos se recurre a ellos porque al tener alto conocimiento ahorran dinero y tiempo de instalación; en otros encarnan la promesa de algo nuevo y una política no tan cerrada sobre sí misma. En Santa Fe es un fenómeno que no es nuevo. Vale recordar a Carlos Reutemann, Alberto Muniagurria, Griselda Tessio y Miguel del Sel sólo para la formula a la Gobernación.

“Es una campaña para proponer y hablar poco. Es para escuchar, sobre todo escuchar”, recalca a sus funcionarios el intendente Pablo Javkin. Quizás por eso no respondió las críticas que le hizo el socialista Enrique Estévez. Más allá de lo justo o no de esos cuestionamientos, el frente Unidos se debe una estrategia coordinada en Rosario. Hasta ahora están firmes las candidaturas de Javkin y Estévez. Posibles candidaturas de Miguel Tessandori o de una figura del PRO están en veremos. Hay quienes creen que el frente necesita ocupar el carril a la derecha. En 2015 y 2019 fueron Anita Martínez y Roy López Molina quienes se quedaron con ese voto por afuera del Frente Progresista. Sostienen que el riesgo es que no alcance con asociar la imagen de Javkin a la de Losada y Federico Angelini, y que se fuguen votos por afuera si aparece un candidato capaz de canalizar el descontento que compromete a todos los oficialismos. Todas esas variables serán prenda de intensas negociaciones en los próximos doce días.

Las categorías legislativas son el reino para outsiders de la política. En el caso de la lista de diputados provinciales, el fenómeno Milei cruzado con Amalia Granata como cabeza de lista esta vez no va a agarrar a nadie desprevenido. El nivel de conocimiento (y no su modesta actuación como diputada) mantiene competitiva a Granata y por eso es la única candidata que Milei tiene cerrada para cargos provinciales. Si a la vez el gobernador Perotti estará al frente de la lista más competitiva del PJ, el frente Unidos –donde confluyen radicales, PRO y socialistas– tiene un problema. Hay serias chances de que gane la Gobernación perdiendo las dos cámaras legislativas, en especial con pocas bancas en Diputados por el sistema de reparto vigente, como le pasó al PJ en 2019. Tratándose de un frente electoral compuesto por diez partidos y múltiples sectores internos, el riesgo de un festival de boletas está a la vuelta de la esquina.