Un recluso de la cárcel de Piñero vinculado a Los Monos fue imputado este miércoles por liderar desde esa unidad penitenciaria una banda narco que realiza balaceras. Los ataques a tiros que le atribuyeron ocurrieron entre abril y mayo de este año en barrio Tablada y República de la Sexta. Un dato que se desprende de la investigación es que ese preso buscaba como "mano de obra" a menores de edad, a quienes les pagaba por vender droga y disparar, ya que "entran y salen de la comisaría" después de ser detenidos. 

El fiscal de la unidad de balaceras Federico Rébola acusó este miércoles a Mauro Emanuel V., de 29 años, quien se encuentra preso en el pabellón Nº 7 de Piñero. Le atribuyó tres hechos. El primero fue haber amenazado vía Whatsapp a una mujer que se negó a vender droga para él para que abandone su casa de Chacabuco al 3900. El segundo fue el funcionamiento de la organización, dedicada a extorsiones, balaceras, droga y robo de vehículos. El tercero fue ordenar el ataque a tiros contra la casa de uno de los miembros de su banda porque adeudaba 10 mil pesos por haber perdido un arma.

Una vez culminada la imputación, el juez Gustavo Pérez Urrechu ordenó prisión preventiva efectiva por el plazo de ley y dictó prohibición de contacto con las víctimas y de tener celular dentro de la cárcel.

En el transcurso de la investigación, el fiscal obtuvo testimonios y datos que lo llevaron a sospechar que Mauro V. buscaba a menores de edad como mano de obra, ya que supuestamente son más "economómicos" y por su edad "entran y salen de la comisaría". 

Los hechos

 

De la acusación ventilada en el Centro de Justicia Penal se desprende que Mauro V. amenazó a una mujer que vive en Chacabuco al 3900 que se negaba a vender droga para él. En los mensajes de Whatsapp que le mandó le aclaró que "la mercadería" que iban a trabajar era de una persona que usaba lentes a través de envió un emoji. La suposición del fiscal es que esa persona es Ariel Máximo "Guille" Cantero, líder de Los Monos.

"O por las buenas o por las malas", decía otro de los Whatsapp de Mauro V. hacia la víctima, a quien le adjuntó fotos del frente de su domicilio de barrio Tablada. Luego, la mujer se fue de la casa, donde le dejaron una nota que indicaba: "Si para esta noche no dejan la casa va a haber plomo".

Según el fiscal Rébola, la organización funcionó al menos desde el 1º de abril hasta el 4 de mayo pasado, período en el que logró recolectar evidencia para llevar adelante la imputación, ya que después cambiaron de teléfonos las personas investigadas. En la causa –sostuvo– que la estructura de la banda tenía como principal territorio de acción los barrios Tablada y República de la sexta, donde venden droga y mantienen disputas territoriales con otras organizaciones.

Otro de los hechos expuestos en la audiencia consistió en la imputación por extorsiones y balaceras contra un domicilio de Lincoln al 2900 en el que vive la familia de Marcos Basavilbaso, un integrante de su propia banda. Las amenazas comenzaron el 1º de mayo pasado, cuando Mauro V. comenzó a mensajear a la madre del miembro de su organización por una "deuda". "Él sabe que con la mafia no se jode. Doña, ya le dijimos nosotros. Le vamos a pegar", dijo Mauro V.

"Yo le presté una cosa a él y me tiene que dar una plata. Con él yo hablé, pero se hace el pelotudo y no me constesta nada. Yo te doy la seguridad que él paga y se corta todo, no pasa más nada y viven tranquilos. Pero es una deuda, viste, y la plata se cobra", agregó Mauro V. al hacer referencia a que Marcos Basavilbaso le debía 10 mil pesos por haber perdido un arma.

El 2 de mayo, día siguiente a las extorsiones, balearon la casa de Lincoln al 2900 y el 4 de mayo Mauro V. volvió a comunicarse con la madre de Marcos Basavilbaso, a la que le exigió el pago de 10 mil pesos, que se consumó el 16 de mayo pasado. 

Marcos Samuel Basavilbaso, de 15 años, fue asesinado el 23 de mayo pasado dentro de su casa de Lincoln al 2900, donde ingresaron dos sicarios que lo acribillaron a tiros.