Un policía involucrado en el homicidio de una persona –aún no identificada– en un predio ferroviario de Villa Gobernador Gálvez recuperó la libertad tras ser imputado este jueves como coautor del hecho. Se trata de Félix S., que en la mañana del último domingo hacía servicio de adicionales y, por razones que son materia de investigación, protagonizó una pelea en la que le habrían sustraido el arma reglamentaria hasta que otro policía –ya imputado y detenido– acudió en su ayuda y mató a tiros a una persona que posiblemente ejercía el trabajo sexual y “cuya identidad sexual se presume mujer”, señaló la Fiscalía.

Félix S. fue trasladado el miércoles al calabozo de la subcomisaría 22ª, ya que la Oficina de Recepción de Detenidos (Order) poseía el cupo completo, y luego al Centro de Justicia Penakl (CJP). Fue luego de ser dado de alta en el sanatorio Laprida, donde fue atendido por un traumatismo de cráneo producto del incidente fatal aún no esclarecido, que ocurrió dentro de un predio del Nuevo Central Argentino (NCA) de acceso público, que abarca unas doce manzanas. 

Tras ser acusado en esta instancia de la investigación como coautor de homicidio agravado (por haber sido cometido por personas que abusan de su cargo por ser miembros de las fuerzas de seguridad), delito que prevé prisión perpetua, la jueza María Trinidad Chiabrera resolvió dictar la libertad del imputado por el plazo de 90 días con obligación de constituir domicilio y de presentarse dos veces por semana por ante la Oficina de Gestión Judicial (OGJ); y la prohibición de salir del país.

En la jornada previa, su colega de la fuerza Darío A. fue acusado del mismo delito y quedó detenido en prisión preventiva hasta el 30 de julio, un plazo en el que deberán efectuarse peritajes y distintas medidas para dilucidar qué ocurrió en la mañana del 14 de mayo. A cargo de las diligencias se encuentra la Agencia de Control Policial (ACP) supervisado por Cerliani.

Los defensores de Félix S. expusieron ante la jueza que una declaración que hizo su defendido al ingreso del Hospital Laprida. El uniformado indicó que había ido a trabajar a las 6 de la mañana en su Audi A4 y que a las 11.30 llegó “un masculino con pantuflas celestes” a quien le dijo que se retirara porque el terreno era privado. “Se sentó en un durmiente, de un bolsillo de la campera sacó un polvo blanco y aspiró”, contó. Dijo que se acercó a darle una botella con agua y fue golpeado dos veces con una piedra en la cabeza. Este objeto contundente, según la Fiscalía, no pudo ser hallado.

“No lograba doblegarlo –continua la declaración de Félix–. Hice un disparo al suelo y el almacén cargador del arma se cayó. El masculino me ahorcaba, me mordió y me quitó la pistola. La pateo para alejarla, seguimos en lucha y agarré el celular. Llamé a mi superior pidiendo auxilio. El masculino busca el arma, me pega y gatilla. Llega el (Peugeot) 207 negro de Darío Gabriel A. y grité pidiendo auxilio. Me quedé sin fuerzas. El masculino se levantó con mi pistola, agarró el cargador. Después no escuché más nada. Como si me hubiera desmayado”.

Para la Fiscalía "por razones que se encuentran bajo investigación, Félix S. "comenzó una pelea con la víctima y efectuó una detonación con su arma reglamentaria".

Hasta allí, la secuencia que le atribuyen al policía Félix S. Para la Fiscalía, no está acreditado que su arma reglamentaria sustraída haya sido disparada por la víctima fatal, que fue muerta de tres disparos efectuados por el otro agente: uno en el estómago, otro en un brazo y otro en el muslo. La pistola, que estaba cerca del cuerpo, tenía once balas en el interior y la recámara vacía. Además, cerca del cadáver fue hallado el celular del policía golpeado.

La presunción es que la víctima se trata de una travesti que se dedicaba al trabajo sexual. Llevaba una campera abierta, corpiño, un jean y una bombacha. Al lado del Audi, sobre el piso de tierra, se encontraron algunas manchas de sangre, una caja nueva de profilácticos, las pantuflas de la víctima (que estaba descalza) y la capucha de su campera.