El intendente Pablo Javkin llega a las Fiestas envalentonado con el triunfo de la selección argentina en el Mundial de Qatar pese a que no habrá, por el momento, festejos en el Monumento con los campeones nacidos en la ciudad. Destaca el ordenamiento en las cuentas públicas, la instalación del sistema de videovigilancia para el tránsito de la ciudad y el consenso alcanzado con otras fuerzas políticas para avanzar en proyectos como el ordenamiento urbano, el código de convivencia y ordenanzas de compra pública de innovación para adquirir colectivos eléctricos.

Pero tampoco le escapa a la realidad más cruda de Rosario, como las balaceras e intimidaciones públicas de los narcos, o el ataque al Palacio municipal en una marcha de portuarios, y reclama poder conducir a la Policía. Promete para el 2023 un mejor transporte público y obras puntuales para los barrios.

Desde el punto de vista político reconoce que le gustaría recuperar los dos años de la gestión atravesados por la pandemia de covid-19 aunque no excluye la posibilidad de pelear por la gobernación el año que viene si es que se arma un frente opositor bajo un programa de gobierno en el que pondera el rol de los intendentes. Está de acuerdo con que se estire el cronograma electoral, algo que desde este lunes el gobierno provincial empezará a conversar con el resto de las fuerzas políticas.

Javkin se siente muy acompañado por la gente pese a las críticas para con su gestión y destaca el apoyo de organizaciones sociales, empresariales y de la cultura. En lo personal se ve fortalecido por la recuperación del tumor en la próstata que le diagnosticaron a fines del año pasado y pone en valor el hecho de poder caminar por la calle sin problemas como lo hicieron sus antecesores. En un mano a mano con Rosario3, el intendente repasó su tercer año de gestión y el futuro inmediato.

Foto: Alan Monzón / Rosario3

-¿El desafío que tiene la gestión es resolver el control y el ordenamiento de la ciudad?

-Somos una gestión para ordenar. Primero, las cuentas públicas mediante el financiamiento genuino, la inversión de bienes de capital y el achicamiento de la deuda. Luego, el desafío de ordenar el espacio público y en ese sentido el sistema de videovigilancia en las calles conlleva una decisión política de imponer reglas y el aprovechamiento de la tecnología. Y el tercero, el ordenamiento urbano de las variables de desarrollo de la ciudad y sus oportunidades a través de los cambios de ordenanzas de suelo industrial.

Estos tres ejes forman parte de la seguridad, que es la principal demanda a resolver, e impactan claramente. Y cada uno de estos ejes tiene procesos previos. Para ordenar cuentas tengo que ordenar prioridades, una auditoría de gastos, herramientas de financiamiento no tan gravosas. Para aplicar fotomultas hubo que modificar el Código de faltas, crear el perfil digital, el juzgamiento de faltas virtual, el juicio por jurados y un código de convivencia nuevo. Para resolver cuestiones urbanísticas hay que coordinar con las empresas de servicios y Vialidad la apertura de calles o nuevos puentes por ejemplo. Es un proceso de tiempo y gestión que primero le tocó enfrentar a la pandemia pero eso no me frustra para nada.

-En Rosario hoy está la sensación de que puede pasar cualquier cosa. Que pueden desde balear un medio de comunicación, o meterse en la Municipalidad y romper todo, o extorsionar para que dejes tu casa, sin que pase absolutamente nada...

-Tristemente es un problema de Argentina y de Rosario también. No se puede aceptar que quienes tienen la potestad de cuidarte y protegerte no lo hagan. Y eso es lo que estoy pidiendo: que me den la Policía. Yo pedí designar al jefe de la fuerza y lo que logramos es una media sanción a un proyecto para que pueda coordinar la remoción pero aún no es ley. No me dejan ni opinar, entonces dejemos de joder.

Lo que pasa en las calles de la ciudad lo conocemos los que vivimos. Los parque están llenos de gente pero no hay un patrullero y como intendente no sé la cantidad de patrulleros que hay ahora en la ciudad. Y eso no es sólo voluntad del jefe de turno.

Mientras no tengamos potestad de designar a quien nos va a cuidar, a los que portan armas o a los fiscales, entonces puede pasar cualquier cosa en la ciudad. Y en la Argentina también. No hay inteligencia criminal en el país y puede pasar cualquier cosa. No puede pasar que le pongan un revólver en la cabeza a la vicepresidenta y sucedió. Si salía ese tiro, cambiaba la vida del país. Durante 20 días se le plantaron a vender copitos en un lugar donde no había un solo nene.

-¿Cuándo vamos a tener un transporte de pasajeros al menos con cierta previsibilidad y certeza de su funcionamiento?

-Nos tocó gestionar la catástrofe. Desde 2021 empezamos a acomodar los restos de un sistema afectado por la pandemia y nos queda ahora salir de la emergencia. Los desafíos son llegar a los 410 mil pasajeros diarios, salir de las fusiones de líneas, comprar coches en un país donde no hay coches ni cubiertas, incorporar más unidades eléctricas, aumentar la oferta de servicios, tener la tarjeta Sube. Vamos a estar bien, mucho mejor. Vamos a terminar la gestión con un sistema de transporte para arriba.

-¿Cuáles son los objetivos para el 2023, último año de la gestión?

-Igualar la ciudad lo máximo posible en cuanto a la vida cotidiana de la gente. Seguir con la transformación urbana de barrios populares como Villa Banana, Tablada o Sorrento y Cullen. Continuar con el proceso de pavimento definitivo y la eliminación de zanjas en barrios como Empalme Graneros, Las Flores Este, La Granada, Uriburu y La Guardia, y Las Delicias. Llevar cloacas donde faltan como en la zona noroeste o Saladillo. Dejar casi completo la iluminación led. Revitalización del centro con hechos como la reapertura de La Favorita, proyectos que hacen los privados pero con el empuje del Estado, o las noches de las peatonales que significa la apropiación del espacio público y de noche.

Otro desafío es posibilitar que todos los jóvenes de cualquier barrio puedan venir al galpón frente al río e insertarse en la economía del conocimiento. Es la manera de ingresar al mundo laboral y tener oportunidades en la economía que viene. Se trata de recomponer el tejido social y dar posibilidades de conseguir trabajo, la única manera de poder salir adelante.

Javkin insiste en conducir la Policía rosarina: "Lo que pasa en las calles de la ciudad lo conocemos los que vivimos". (Foto: Alan Monzón / Rosario3)

La agenda electoral

 

-Para este lunes el gobierno convocó a los partidos políticos de la oposición a conversar sobre el cronograma electoral del año que se viene. ¿Cuál es tu opinión sobre las fechas?

-A mí me gusta que se extiendan un poco los plazos del cronograma electoral. Porque me gustaría recuperar los dos años de gestión afectados  por la pandemia. Pido un tiempo de descuento o adicionado como en el fútbol. Muchos de los procesos que pusimos en marcha se van a notar en obras . realizaciones. Muchos me podrán decir que estuvimos calculando para llegar a las elecciones, con la pandemia no se pudo calcular nada. Incluso muchos de esos procesos llegaran después del proceso electoral.

-Te gustaría recuperar esos dos años más de gestión, ¿eso significa que podrías ir por tu reelección o seguís pensando en pegar el salto a la Casa Gris?

-Toda instancia genera un desafío. Gobernar esta ciudad sin manejar el agua potable, la luz y la Policía es bravo. Te lo digo sin casette, las decisiones son colectivas. Mi expresión fue: en el lugar que sea cuatro años más estaría. Me gustaría repetir y también me gustaría gobernar la provincia.

Es un momento para que Rosario y las ciudades recuperen peso en la provincia. Soy uno de los intendentes que pueden ir en ese proceso. Eso sí, primero se tiene que armar un espacio amplio, plural, opositor, con capacidad para gobernar. Camino por la calle, bien, tranquilo, soy heredero de una tradición de intendentes que pueden hacerlo y seguir viviendo en la ciudad. Sobre ese piso, lo que sea.

-¿Cómo está el armado del frente opositor?

-Es la prioridad y en ese sentido me considero clave para el armado. No hay que anteponer nada, los equipos técnicos y jurídicos ya están trabajando sobre un programa. Puede sonar oportunista, pero hacen falta más Scaloni y no tanta grieta.

En el fútbol estábamos acostumbrados a las grietas: Bilardo vs. Menotti, que Batistuta no podía jugar con Crespo. Y en el Mundial nos dieron una lección: qué bien pueden jugar juntos Lionel Messi, Lautaro Martínez y Julián Alvarez. Si queremos ser campeones, hay que juntarse o agregar.

Nosotros hemos logrado unir y llegar a niveles de acuerdos de políticas públicas con otras fuerzas políticas por unanimidad que se transformaron en normativas urbanas, de edificación o herramientas valiosas como la compra pública de innovación. Las cosas cambian cuando se cambian así. Por eso hay que escuchar mucho, fortalecer el poder en la ciudad y hacerlo plural en lo político.

-¿Crees que la ciudadanía no está interesada en las cuestiones electorales? ¿Está descreída de la clase dirigente y tiene cierto rechazo a los oficialismos?

-Las incertidumbres electorales son fenómenos para quedarse. En la pospandemia es peor. El que quiere dominar o diga que ya ganó, que se olvide. Estamos frente a una sociedad cambiante, que vota con inteligencia, que diferencia entre cargos ejecutivos o legislativos, que elige con inteligencia, el proceso no se dará antes.

Igualmente, me siento acompañado y querido por la gente y eso no es menor. La gente es generosa en términos personales. Me siento acompañado en la gestión desde las organizaciones sociales de los barrios, los referentes de la cultura y el empresariado. Soy un agradecido.

Javkin: "Si queremos ser campeones, hay que juntarse o agregar". (Foto: Alan Monzón / Rosario3)

Algo personal

 

-¿Cómo está tú salud?

-El 15 de diciembre del año pasado me dio mal el primer análisis, el 22 fui a la primera consulta, el 29 me hice la biopsia, el 31 me dieron el resultado, el 6 de enero me hice el estudio de imágenes, el 8 vi un especialista y el 12 la primera aplicación de rayos. El 15 de diciembre de este año me hice de nuevo el análisis y me dio muy bien, tengo una enfermedad tratada. Hablo de esto en términos no políticos sino personales. Mucha gente me dijo que se había hecho el estudio a partir de mí caso. Afrontar con normalidad la enfermedad te acomoda las perspectivas, dejás de pensar que podes ser eterno como a veces la política te propone.

-No pareciera o al menos no se traduce en la diaria. Tenés un estilo de conducción bastante personal y estás en todo...

-Soy bastante exigente con mis funcionarios, es mi estilo personal, parezco solo. Siento que cada día que pasa es un día menos de gestión que me queda. En mi última reunión de gabinete repartí un cartel a cada uno que decía gobernar es explicar. Es que si no explicas, la gente no entiende a dónde vas y no te puede acompañar.

Quiero que mis funcionarios expliquen y expliquen. Lo de Fisherton (el proyecto de ordenamiento urbano que generó mucha controversia con los vecinos) hubo mucho ruido porque faltó explicarlo, la ordenanza es más restrictiva que la anterior pero faltó explicarlo. Gobernar es explicar y más cuando las gestiones se demoran o salen mal.