Una semana en Argentina puede equivaler a un año en cualquier otro país. En solo siete días, el escenario económico y político pasó del rojo furioso al verde esperanza y de ahí otra vez a la incertidumbre. El dólar rozó los $1.500, el riesgo país trepó en espejo, y el lunes amaneció con dos golpes de efecto: la eliminación temporaria de retenciones a granos, derivados y carne, y el espaldarazo de Estados Unidos al gobierno argentino. Resultado inmediato: suba de acciones y bonos, desplome del riesgo país y declaraciones juradas por USD 7.000 millones.
Pero el alivio duró lo que un suspiro. El negocio quedó concentrado en un puñado de agroexportadoras, con cifras millonarias: Cargill embolsó USD 327 millones, Louis Dreyfus 221, Cofco 199, Aceitera General Deheza (AGD) 197, Bunge y Viterra 249. Todo en 72 horas. Los productores, en cambio, la vieron pasar. Hasta Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural, criticó la movida. Y surgió el fantasma de la ley Raimonda: anular declaraciones juradas que no puedan cumplirse.
La reacción fue inmediata. En el evento de Acsoja en Rosario, con gigantes como Molino, Cofco, CIARA-CEC, negaron haber pactado con el Gobierno. AGD prefirió el silencio. Pero en el Congreso de Federación Agraria en Rosario, donde Andrea Sarnari fue reelecta presidenta, nadie lo creyó. La Mesa de Enlace, mientras tanto, tambaleó pero resistió. Y más de un economista cercano al oficialismo aconsejó a los productores: “No le vendan a las exportadoras”.
En paralelo, el martes, el almuerzo de Acsoja 2025 en la Bolsa de Comercio de Rosario fue escenario de otro mensaje clave. Allí, el titular de Arca, Juan Pazo, dejó entrever que después de las elecciones “habrá algo más para la cadena agroindustrial”, según varios comensales consultados por Ecos365. Una frase que encendió expectativas en un auditorio donde, 24 horas más tarde, el ruralismo salió con dureza a cuestionar la operatoria. Pazo, sin embargo, justificó la medida: el Gobierno espera recuperar cerca de la mitad de lo resignado en retenciones a través de Ganancias y otros impuestos derivados del movimiento que generan estas ventas. El guiño fue bien recibido, sobre todo, por gigantes de insumos y del sector automotriz, que vieron la oportunidad de un repunte en su propia actividad.
Allí aparecieron la voces en off de referentes de la cadena agroindustrial, que uno de ellos graficó el malestar generalizado: “Porque tiró el precio de la soja de los productores para abajo y encima el gran beneficiado fue el chino que compró más barato. Le bajamos el mercado global y terminamos vendiendo soja a un precio mucho más competitivo. Estados Unidos nos apoyó, pero en los hechos el favorecido fue China. Eso, políticamente, fue un costo enorme para el propio Gobierno”.
El mismo referente, con crudeza, resumió la paradoja: “Está bien que se animaron a poner las retenciones en cero, porque es el impuesto más retrógrado que existe. Pero la implementación fue un desastre: el productor no capturó nada y al final el tiro salió por la culata. Algunos pocos aprovecharon, pero la mayoría quedó afuera. Fue flojo, distorsivo y terminó siendo malo hasta para el propio gobierno”.
El vértigo siguió. El jueves saltaron las operaciones de dólar futuro: USD 2.800 millones, con todos los contratos mirando noviembre y el escenario postelectoral. Y el viernes, el cierre de semana lo puso el regreso del cepo para quienes operen simultáneamente dólar oficial y contado con liquidación: 90 días de prohibición. La intención: matar el rulo que se había armado con la brecha. El efecto: el dólar volvió a trepar sobre el cierre.
Al mismo tiempo, lo que se vio sobre el final de la semana fue el apoyo explícito de las agroexportadoras en la operatoria de bonos, lo que permitió al Gobierno rollear el 130% de los vencimientos. Un oxígeno clave para Caputo en medio de la montaña rusa financiera.
En paralelo, la historia Vicentin sigue sumando capítulos. Grassi presentó la primera oferta concreta con un menú de opciones y otros jugadores preparan la suya para el juez Lorenzini. Así lo confirmaron esta semana. El agro también mostró músculo con inversiones: USD 200 millones anuales en mantenimiento de plantas en el cordón industrial, mientras la carne no despegó por falta de incentivos.
No todo fueron granos y dólares. En Buenos Aires, Rock & Feller´s abre su tercera franquicia en avenida Dorrego (Palermo), con 500 cubiertos, mientras avanza el local de Funes. El desembarco lo confirmó Guillermo Rosental en el marco de Endeavor Rosario, que este año metió a 4.000 jóvenes en el Metropolitano. Una postal de cómo una marca rosarina conquista la capital.
El supermercadismo también juega fuerte por estos días: Carrefour busca comprador y cuatro candidatos pasaron el corte: Cencosud, Coto, De Narváez y un fondo estadounidense. Si gana Coto, el mapa del retail en Rosario podría reconfigurarse a fondo. También con Cencosud.
La Segunda, de Rosario al venture capital
En el segundo evento Innlab, La Segunda confirmó que invertirá en la startup Uiflou, con la que viene trabajando hace más de siete años. La apuesta se da junto al grupo de inversores ángeles Inventure y apunta a potenciar soluciones tecnológicas en seguros y agro.
Martín Moser, directivo de La Segunda, detalló que también que se abre la posibilidad de que la aseguradora avance en la creación de su propio fondo de venture capital, todavía en evaluación. El objetivo con Uiflou es claro: apalancar innovación en áreas estratégicas como ART, con tecnología que previene accidentes y reduce ausentismo laboral, y agro, donde el IoT permite trazar activos hasta ahora imposibles de asegurar.
Los 16 pilotos en los que pusieron fichas ya dieron resultados concretos: con Primo, una solución de inteligencia artificial para acelerar cobranzas, recuperaron en dos años lo equivalente al presupuesto completo del Innlab. Ahora evalúan nuevos desarrollos con SmartWay (para agro) y FraudeKeeper (prevención de fraude). El camino recién empieza.
Incentivos para aerolíneas
El ministro de Desarrollo Productivo, Gustavo Puccini, además de sumar empresas al Régimen de Promoción Industrial y entregar créditos productivos al calzado, estará hasta mañana en la Feria Internacional de Turismo (FIT) con un objetivo puntual: traer más vuelos a Rosario y Sauce Viejo.
En reuniones con World2Fly (Rosario-Madrid), JetSmart, Aerolíneas Argentinas, Flybondi y operadores como Hola, Puccini mostró las cartas de negociación. El menú incluye tres herramientas: obras en la pista, incentivos fiscales a las aerolíneas y el impacto de los Juegos Sudamericanos como motor de demanda. Entre esos incentivos, destacan las tasas aeroportuarias, que el Gobierno provincial busca rediseñar para alivianar costos a las compañías que operen desde la región.
Y como broche, este lunes se lanza Bioferia, en la Bolsa de Comercio de Rosario , el festival de sustentabilidad más grande de Latinoamérica, que llega por primera vez a la ciudad. Un cierre que conecta con el futuro: consumo consciente, economías regenerativas y un intento de bajar un cambio en medio del país del loop infinito.

Comentarios