En la previa de una de las ruedas financieras más decisivas del año, los inversores mantuvieron la respiración. Con la mirada puesta en la Reserva Federal de EE.UU. y en el regreso de Argentina a la emisión de deuda en dólares, el mercado optó por frenar, acumular liquidez y esperar señales. Ni la inminente licitación del nuevo bono AL29D ni la expectativa de una posible baja de tasas en Estados Unidos consiguieron despertar entusiasmo: el tono que adopte Jerome Powell tras la reunión de la Fed será determinante para el humor global.
El Gobierno se prepara para reinsertarse en el mercado internacional con el primer bono en dólares desde 2018, aquel emitido por Caputo bajo la gestión Macri, que marcó el inicio del deterioro político de ese espacio. El nuevo AL29D pagará ocho cupones al 6,5% anual —cuatro bajo Milei y cuatro durante la administración 2027-2031— y busca una TIR del 9%, lo que implicaría una colocación cercana a los US$ 90. La apuesta oficial es clara: aprovechar mejores condiciones externas y adelantar flujos mientras se sostiene la gobernabilidad económica.
A esto se suman varios factores que complejizan la semana: el Indec publicará el IPC de noviembre, el Ministerio de Economía intentará renovar más de $13 billones de deuda en pesos y se activará una licitación con diez instrumentos distintos —a tasa fija, variable, CER y dólar linked— para estirar plazos y reducir tasas. Con vencimientos totales por $40 billones, la estrategia apunta a convencer al mercado local de seguir acompañando el programa financiero.
Pese a tanta tensión, el martes dejó una relativa pax cambiaria. El dólar blue y los oficiales subieron levemente, mientras los financieros retrocedieron y los futuros hilvanaron siete ruedas consecutivas a la baja, operando dentro de la banda sin intervención del BCRA. Aun así, la autoridad monetaria perdió US$ 17 millones en reservas y el tipo de cambio oficial cerró en $1.463,14. El MEP quedó en $1.470,10 y el contado con liqui en $1.505,32.
En la Bolsa de Buenos Aires dominó el pesimismo: los bonos cedieron 0,2%, el Merval cayó 2% y los ADR argentinos mostraron comportamiento mixto. En el exterior, los activos de refugio se dispararon con fuerza: la onza de plata superó los US$ 60 y el Bitcoin saltó 4,2%, acompañado por Ethereum.
Mientras tanto, el frente político también agregó dosis de incertidumbre. El Gobierno activó las sesiones extraordinarias para avanzar con el Presupuesto y la Ley de Inocencia Fiscal, en negociaciones a contrarreloj con el Congreso.
En paralelo, en el círculo rojo circularon los comentarios sobre la salida de Rafael Gutiérrez de la Corte Suprema de Santa Fe, un movimiento que completará el recambio total del máximo tribunal provincial. Empresarios, estudios jurídicos y referentes políticos coincidieron en que este movimiento cambiará el status quo judicial y reconfigura la relación entre justicia, poder político y sectores económicos. El reacomodamiento judicial santafesino se convirtió, así, en un factor de análisis obligado dentro del mapa de poder.
En paralelo, el Ejecutivo anunció una baja en las retenciones que sacudió al agro: soja pasa del 26% al 24%, harina y aceite del 24,5% al 22,5%, maíz y sorgo del 9,5% al 8,5%, trigo y cebada del 9,5% al 7,5%, y girasol del 5,5% al 4,5%. Aunque más del 20% de la cosecha de soja aún no se liquidó, el sector duda de cuántos dólares adicionales podría generar la medida. En Chicago predominaron subas para el maíz, estabilidad para el trigo y bajas para la soja. En Rosario, en cambio, hubo alzas tras el anuncio, con excepción del girasol y el sorgo.
El mercado laboral continúa mostrando señales frágiles: las empresas proyectan aumentos salariales moderados para 2026 y una recuperación lenta en la contratación. En paralelo, nuevas normativas buscan incentivar la demanda cambiaria y facilitar el retorno del país a los mercados internacionales.
En la actividad productiva, la industria volvió a mostrar una caída generalizada según los últimos datos sectoriales, mientras la construcción avanzó 8% interanual pero retrocedió 0,5% frente al mes previo. El consumo tampoco logra repuntar, con cadenas comerciales apelando a descuentos agresivos —como el 30% en termos Stanley— para dinamizar ventas en un contexto contractivo.
Con tensiones internacionales, reacomodamientos políticos, movimientos judiciales que inquietan al poder económico y un mercado financiero en pausa estratégica, Argentina transita una semana cargada de factores que pueden redefinir expectativas. La atención, una vez más, se concentra en la Fed, en la capacidad del Gobierno de sostener su hoja de ruta fiscal y en cómo reaccionará el entramado político-empresarial a un escenario que cambia día a día.

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