El problema logístico que enfrenta la línea blanca rosarina y que le pone techo a sus ventas

A la falta de insumos por el cierre de importaciones se le suman las dificultades de envío de su producción. La solución local que se le busca

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Falta de insumo básicos, como plástico, cobre y chapa, y de piezas que no se producen en el país. Embalajes deficitarios y fallas logísticas que dificultan las entregas a clientes más allá de los 500 kilómetros. Ausencia de respuestas a los pedidos realizados a proveedores nacionales monopólicos. Se trata de tres de las problemáticas que hoy enfrenta la cadena de la línea blanca y buena parte del sector metalúrgico rosarino, y que le impiden aprovechar de mejor manera la recuperación de las ventas.

La Asociación de Industriales Metalúrgicos de Rosario (AIM), la Oficina de Vinculación Tecnológica del CCT CONICET Rosario, el Centro Tecnológico José Censabella (CTJC), el Instituto de Mecánica Aplicada y Estructuras IMAE - FCEIA (UNR), el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI Rosario) y la Dirección General de Asistencia Técnica (DAT) llevaron adelante un encuentro para abordar estas y otras cuestiones, y empezar a explorar la posibilidad de encontrarle soluciones locales.

La idea es que desde la academia y centros tecnológicos se trabaje en conjunto con empresas locales para abordar problemáticas logísticas y de materialidad, desarrollando proveedores locales, envases y embalajes acordes a las demandas del mercado, y tratamientos, controles y certificaciones de nivel internacional.

A ese fin se busca llegar a partir de que los déficits son compartidos por la mayoría de las empresas que integran la mencionada cadena. Así es como desde Plasticraft, firma dedicada a la producción de matrices para la inyección de plástico que provee al 70% de la línea blanca del país, plantearon el dolor de cabeza que les está ocasionando la escasez de plástico. “Algunas empresas nacionales en mayo no van a producir, al igual que en Brasil, y las entregas se empiezan a complicar”, apuntaron.

También presentes en el encuentro, desde la fábrica de tornillos Casermeiro, indicaron que hay una arandela específica que debe traerse desde México porque no existe proveedor local para este insumo, que evita que se adhiera pintura cuando se utiliza la de tipo en polvo. También advirtieron dificultades para lograr un diálogo más directo con grandes proveedores nacionales como Acindar, que aporta materia prima crítica para su proceso, y con quienes resulta difícil obtener productos con ciertas especificaciones. Desde Arneg el diagnóstico fue similar. “Tenemos los mismos problemas de proveedores, porque se hace muy complicado importar y los costos son elevados, mientras que en el país es difícil encontrar sustitutos con la misma calidad”, apuntaron.

Pero los inconvenientes no son únicamente de insumos, también los hay logísticos. Representantes de una fábrica de aberturas que provee a diversas industrias expresaron los dolores de cabeza que les causa embalar y transportar su producción más allá de los 500 kilómetros, que es el tope al que llegan con transporte propio. “Los perfiles se rompen, se rayan, se abollan y no sabemos cómo hacerlos llegar en condiciones”, dijeron.

En Metalúrgica Matienzo agregaron que además, los costos logísticos son tan elevados que a ellos les resulta imposible poder vender una hormigonera armada en el norte argentino o a países vecinos. “Tenemos que comercializar las piezas sueltas porque nos es más redituable que vender la hormigonera armada”, concluyeron. Pero ojo que si las piezas son delicadas y los viajes largos, se corre serio riesgo de que la mercadería llegue dañada, lo que deriva en la necesidad de responder al cliente y multiplicar los gastos.

Por su parte, en Inelro, fábrica de exhibidoras verticales y freezers, comentaron que siempre buscan tener proveedores tanto nacionales como internacionales, pero mientras los primeros a veces no pueden atender requerimientos específicos, los segundos actualmente tienen problemas logísticos. “Está habiendo muchas demoras con las barcazas y el puerto de Shangai está paralizado”, señalaron y agregaron que quieren ir hacia embalajes sustentables. “Si nuestros productos apuntan a la eficiencia energética, tenemos que ser también amigables con el medioambiente y eliminar el plástico en los envíos”, aseveraron.

A partir de las inquietudes de las firmas, desde el INTI dijeron que cuentan con laboratorios para atender muchas de las demandas de embalajes, mientras que desde la academia y sectores de vinculación tecnológica plantearon la posibilidad de empezar a armar una cadena de proveedores local que no quede a merced de acontecimientos internacionales como la guerra, que brinde un diálogo más directo y permita recortar costos de envío.

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