Las razones por las que fundidoras y metalúrgicas rosarinas dejaron atrás la crisis y baten récord de inversiones

Mientras años atrás trabajaban al 35% y estaban al borde del cierre, hoy son unas de las que más crecen. Carlos Capisano, Miguel Conde y Matías Piserni opinan al respecto

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A fines de 2016, la Cámara de Industriales Fundidores de la República Argentina (Cifra) aseveraba que el uso de la capacidad instalada no superaba el 35%, y alertaba por cierres y despidos masivos. Para junio de 2021, al menos una decena fundiciones rosarinas y empresas metalúrgicas y siderúrgicas relacionadas tienen en marcha importantes planes de inversión y contratación de personal. Una mirada superficial reduciría esta radical transformación del escenario en un mero cambio político. Sin embargo si se va más a fondo se encuentran otras razones para entender el fenómeno.

Desempeño sectorial en abril en Santa Fe (Fisfe)

Punto de inflexión

Es que 2017 fue un punto de inflexión para muchas fundidoras, que dejaron de lado el trabajo con automotrices y el sector autopartista, en crisis por aquella época, y viraron hacia un negocio más estable y con fuerte presencia territorial como el de la maquinaria agrícola. La prueba está en que mientras las primeras a duras penas trabajaban a media máquina, las ligadas al agro no alcanzaban a tomar todos los pedidos. Dos realidades completamente diferentes en un mismo rubro. Desde entonces el salto de uno a otro se hizo costumbre. “Hoy el sector de la maquinaria agrícola está traccionando muchísimo, buena parte del trabajo está orientado a allí y también las inversiones”, sentenció Carlos Capisano, titular de Acerías 4C y Acerías Sauce Viejo.

En diálogo con Ecos365 confirmó que tiene entre ambas empresas tiene marcha inversiones $80 millones en ingeniería de productos, control de calidad y proceso productivo, además de incrementar en casi un 30% la capacidad productiva. “Esto nos permite estar cada día con mejores niveles de calidad y competitivos tanto para el mercado nacional como también para internacionalizarnos”, aseveró. No es un dato menor que la mitad del holding empresario está en manos de Carlos Castellani, titular de la empresa de maquinaria agrícola Ombú.

Producción siderúrgica en Santa Fe en abril (Fisfe)

No sólo maquinaria agrícola

Pero si bien importante, este sector no es el único al que apuntan. Es que el boom de Vaca Muerta producido años atrás, sumó otro atractivo nicho al que atender, y más allá de algunos vaivenes, todos están atentos a explotar su potencial. “La maquinaria agrícola está a pleno, pero el resto empieza a mejorar suavemente, como el ferroviario, el petrolero y el minero, que venía bajos pero están levantando”, manifestó. De hecho, parte de la inversión fue destinada a actualizar la tecnología del horno de tratamiento técnico a partir de nuevas normas que exige YPF, convirtiendo Acerías 4C en una de las pocas en el país en tenerla.

A atender mejor al sector agroindustrial y también al petrolero apunta la inversión de $54 millones de Aceros Conformados, con la que ampliará la nave e incorporará maquinaria de punta para subir entre un 25% y un 40%  la capacidad productiva y mejorar notablemente la calidad de su producción. “Nosotros estamos integrados a la cadena del petróleo y gas, y nuestros clientes nos pedían que actualizáramos el equipamiento por la demanda que ellos tienen de parte de las petroleras”, comentó Matías Picerni, titular de la empresa con sede en San Lorenzo, que además incorporará a ocho trabajadores.

Producción metalúrgica en abril en Santa Fe (Fisfe)
Por su parte, Fundición API invirtió $85 millones para incorporar un nuevo sistema de moldeo que le permitirá incrementar y mejorar su producción; Fusur desembolsó $36 millones para modernizar y ampliar su planta de Las Parejas con la que abastece, sobre todo al sector ferroviario; al mismo nicho apunta Mac Metal, también de Las Parejas, que puso $36 millones para automatizar su producción; Arsemet destinó $114 millones a la modernización tecnológica del proceso de corte para la producción de bienes para el acopio y transferencia de agua en los pozos petroleros.

Otras compañías que no se quedaron atrás: Sica invirtió $263 millones para la ampliación de la capacidad productiva para fabricación de grandes recipientes a presión destinados al almacenamiento de petróleo y gas; Vulcano puso $166 millones para la ampliación de planta y adquisición de un sistema de granallado, con el objetivo de incrementar la producción de equipos especiales destinados a la energía eólica y petróleo; Rizzotto y Pieragostini destinó $26,2 millones para la modernización tecnológica de la línea de producción de poleas para el mercado del Petróleo y Gas, y sus sistemas de sujeción; Moro Hidráulica y Grupo Comat invirtieron $50 millones para demandas del sector.

Asistencia nacional y tracción del mercado interno

Estas fundidoras, metalúrgicas y siderúrgicas comparten haber recibido una importante asistencia nacional en materia de Aportes No Reintegrables, y asistencia y coordinación de profesionales del INTI. También hay líneas específicas para la compra de maquinaria de fabricación nacional. Además se puso a su disposición créditos de hasta $200 millones a tasa subsidiada de ocho puntos, lo que ayudó a desempolvar viejos proyectos y a acelerar otros en marcha. “Los rubros en los que nos dedicamos están bien, hay mercado interno y posibilidad de internacionalizar, vemos apoyo del Gobierno y por eso somos optimistas”, destacó Capisano.

Respecto a la ayuda nacional, se está trabajando en una norma de “reserva de mercado”, que les otorgará un cupo específico a empresas nacionales que abastezcan en sectores considerados estratégicos. El objetivo es poder restringir el avance chino, que con precios imposibles de competir, resulta hoy una de las principales amenazas.

Las fundidoras somos las primeras en parar cuando la industria afloja, pero las primeras en reactivarnos cuando esta comienza a moverse. Y hoy la industria empieza a estar bien", dijo Miguel Conde

Pero hay otra razón de política macroeconómica por la cual el sector está muy demandado: el cepo al dólar. “Uno factura en pesos al valor del dólar oficial. Entonces si te pagan en pesos, lo mejor que podés hacer en lugar de comprar dólares a $150, es comprar fierro a $99. Eso hace que los chacareros y los que tienen algún ahorro inviertan, compren equipos, maquinaria y todo se mueva”, analizó Miguel Conde, de Fundición San Diego.

Eso sí, el dólar también puede ser un dolor de cabeza. “Yo exporto algo a México, Dubai, Estados Unidos piezas desde hace tiempo. Pero con el dólar pisado, lo que yo antes cobraba u$s10 mil, ahora tal vez deba cotizarlo u$s12 mil porque mis costos son más altos y la devaluación no acompaña la inflación. Y en cualquier otro país que no sea Argentina no lo entienden y podés perder mercados”, explicó a este medio.

Otra taba que está encontrando es en la provisión de insumos. “Hace 45 días que no tenemos oxígeno líquido, y no nos queda otra que usar el gaseoso, que es carísimo, dura poco y encima no tiene las mismas prestaciones”, se lamentó, más allá del lógico entendimiento de la situación porque este vital elemento se está usando masivamente en hospitales y sanatorios por la pandemia. No obstante, no deja de marcar los límites, al menos temporales de crecimiento de un sector que parece haber renacido. "Las fundidoras somos las primeras en parar cuando la industria afloja, pero las primeras en reactivarnos cuando esta comienza a moverse. Y hoy la industria empieza a estar bien", cerró Conde.

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