Los márgenes de las gramíneas son competitivos, pero en la Zona Núcleo la soja ganaría terreno

Se esperaba un equilibrio, pero la oleaginosa sumaría hectáreas en detrimento del maíz y el trigo, a pesar de los números favorables pensando en los "retornos". ¿Qué factores hacen renplatear decisiones?

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La tendencia de los últimos siete años era clara y sostenida en la región núcleo. Y nadie dudaba hace un año que el tren de las gramíneas avanzaría más. El 2022 iba a ser el año de mayor rotación, el año en el que finalmente la soja quedara en total equilibrio: por cada hectárea de soja sembrada habría una de trigo o maíz. Pero la relación cambió de tendencia.

Desde la Bolsa de Comercio de Rosario consideran que la soja avanzaría este año sobre unas 400.000 ha en principio (+9%), el trigo retrocedería 250.000 (-10%) y el maíz temprano entre 90.000 y 180.000 (-5 a -10%) ha en la zona, respecto a hectareaje del ciclo pasado. Para el cálculo del índice se ha tomado una baja de maíz de 135.000 ha.

A pesar de los márgenes competitivos que presentan las gramíneas, hay factores que obligan a los productores a repensar estrategias. De hecho, los expertos de la institución señalan que la “incertidumbre climática, económica y política” hacen que opten por la soja “por seguridad”. En ese sentido, todos se preguntan si con estas condiciones es un año para volver apostar por las gramíneas, o sea invertir en fertilizantes y en híbridos.

“Los retornos de inversión de cada cultivo (en campo propio) resumen muy bien ese paradigma, porque las cifras son 78% para soja de primera, 56% para maíz temprano y 45% para la rotación trigo-soja 2°”, indicaron los especialistas. ¿Qué quiere decir esto? Que por cada dólar invertido por hectárea el productor de soja gana 0,78 US$ además de haber recuperado todos los costos en los que ha incurrido. Mientras que en maíz temprano y trigo/soja 2° gana aproximadamente 0,50 US$ por cada dólar invertido al inicio del ciclo.

Qué pasó en abril con los márgenes

“Hay cambios y son muchos”, afirmaron desde la BCR. El primero es que para trigo la proyección de rinde para los cálculos se ha ajustado a la baja en función de los pronósticos climáticos y el uso potencial de tecnología. “El trigo pasa a considerarse con 37 qq/ha vs los 40 que se proyectaban en abril (para la comparación se ha vuelto a calcular los márgenes trigueros de abril con 37 qq/ha, valor que está por debajo del punto de indiferencia, lo que explica por qué es negativo el valor que aparece para campo propio)” aclararon.

El costo medio de los alquileres en región núcleo ha aumentado de 16 qq/ha a 18 qq/ha. El precio de los fertilizantes ha descendido, en particular la urea que pasó de 1.442 US$/Tn a 1.060 US$/Tn. Y el precio a cosecha de los commodities también varió: el maíz descendió un 10%, el trigo se mantuvo y la soja aumento un 3%.

Estas alteraciones en las variables han impactado en el cálculo de los márgenes y en consecuencia en su comparación con los del mes de abril. Lo que se observa es una mejora de los márgenes netos (en términos absolutos) de todos los cultivos. La rotación trigo/soja 2° en campo alquilado es el que ha presentado la mayor variación positiva (+258 u$s/ha), mientras que la soja de 2° en campo propio es la que ha experimentado la menor mejora en los márgenes con 23 u$s más por hectárea.

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