El conflicto entre la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y las fábricas siderúrgicas volvió a quedar en suspenso esta semana con una nueva conciliación dictada por el Gobierno y la reanudación de medidas de fuerza quedó como amenaza para el lunes.
Tanto el gremio que conduce Abel Furlán como el Ministerio de Trabajo sospechan que la mayor traba en la negociación, luego del acuerdo alcanzado en el resto de las actividades metalúrgicas, es una aparente decisión del Grupo Techint, el mayor jugador del segmento, de sostener la tensión al menos hasta las elecciones y definirlo con un panorama político más claro.
Para la UOM, la paritaria tiene como norte el cierre de días atrás con las cámaras del complejo metalmecánico que pautó una suba de 42,6% por el trimestre julio-septiembre, acumulada respecto del 18,8% acordados en los tres meses anteriores, más el pago de una suma no remunerativa de 60 mil pesos y una suba orientativa de 7% para los últimos tres meses del año, atada (hacia arriba o hacia abajo) a la evolución inflacionaria de cada período.
La rama siderúrgica del convenio del gremio abarca a unos 13 mil operarios de las plantas de Siderar (Grupo Techint) en San Nicolás, Rosario y Quilmes; Acindar de Villa Constitución, Morón y La Matanza; Tenaris (también de Techint) en Campana, y Propulsora La Plata.
Furlán anunció que el viernes habrá un congreso siderúrgico para definir nuevas acciones y ese mismo día se llevará a cabo una movilización. Dio por hecho que el lunes, una vez vencida la conciliación, habrá paros en caso de no producirse un acuerdo.
En lo que va del conflicto sólo hubo un comunicado de la Cámara del Acero, que manejan Techint y Acindar, en el que cuestiona una aparente inflexibilidad de la UOM. Señala que “desde el inicio de la negociación” se planteó “no sólo recomponer el salario tomando como referencia la inflación del trimestre anterior sino que, además, propuso un mecanismo de seguimiento del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) para la inflación futura, entendiendo que esto da previsibilidad a los aumentos salariales alineados a la inflación y otorga también confiabilidad para la actividad siderúrgica y toda la cadena metalmecánica”.
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