La reciente muerte de una joven embarazada de un barrio periférico de la ciudad al que nunca llegó a tiempo una ambulancia de emergencias médicas encendió la alerta. Y ese trágico hecho reflotó la necesidad de que los vecinos de distintas zonas de la ciudad deban estar preparados para esperar la ambulancia.
En este sentido el edil Juan Rivero (Frente Progresista Cívico y Social) diseñó un proyecto para que "se realice capacitación en asistencia primaria a los vecinos y así generar un lazo de comunicación con el Sies". El objetivo de la iniciativa apunta a crear la figura de referentes sociales que llamen por un urgencia a la dependencia municipal y eso de garantías de que no se trata de llamadas falsas. "Además daría ciertos marcos de seguridad en el barrio para que la ambulancia llegue de forma inmediata", señala el proyecto.
El martes pasado las actividades de prevención se realizaron en el barrio Toba y el viernes en Las Palmeras y Circunvalación. Y se prevé que la semana próxima otros barrios de la ciudad reciban la capacitación correspondiente.
La capacitación
El proyecto de Rivero está articulado con el trabajo del Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria de la Municipalidad de Rosario (Sies). En conjunto se dictan cursos de capacitación sobre primera asistencia sanitaria en barrios de Rosario, fundamentalmente en los asentados en las zonas periféricas.
La iniciativa se llama Programa de Voluntarios de Emergencia Sanitaria (VES) y los cursos se enmarcan dentro del programa de Voluntarios en Emergencia Sanitaria (VES). "Se provee capacitación a la comunidad sobre una primera asistencia hasta la llegada de la atención profesional y se dan pautas fundamentales de prevención. La modalidad de taller es de cuatro horas de duración", señaló Rivero.
El curso comprende contenidos tanto teóricos como prácticos de la Reanimación Cardiopulmonar básica y se entrenan destrezas específicas (resucitación, como inmovilizar al paciente si está fracturado, practicas para ahogamiento, como tratar aun paciente con quemaduras), En dichos encuentros se brindan certificados y carnet con número de voluntario a los asistentes
Caso testigo
Laura Muñoz de barrio La Cerámica tenía 39 años y un embarazo de seis meses. Pasada la medianoche de un sábado, se descompensó. “El marido se asustó cuando empezó a transpirar y se orinó, entonces
mandó a los chicos a pedir ayuda”, continuó la hermana de la mujer fallecida. Los dos hijos mayores, de 13 y 12 años, corrieron hasta un teléfono público y marcaron el número del Sies, pero les dijeron que sólo podían hablar con un adulto.
Sólo cuando un vecino logró comunicarse con el número 107 después de un rato se hizo presente la ambulancia pero ya era demasiado tarde. El médico aclaró que “el servicio se envió apenas entró la primera llamada de un adulto y llegó en sólo quince minutos”. Es más, señaló que “cuando llaman chicos siempre se les pide que lo haga un adulto, porque son muchas las llamadas falsas que ingresan al sistema”.