La Organización Mundial de la Meteorología (OMM) alertó hoy que el cambio climático agrava la desertificación, y que ésta puede dificultar la alimentación de la población mundial en 2020.

"Sólo el 11 por ciento de la superficie del planeta es cultivable y debe alimentar a la población mundial que ahora es de 6.300 millones de personas y que se calcula que será de 8.200 en 2020", afirmó en una rueda de prensa el responsable del Programa de Meteorología para la Agricultura de la OMM, Mannava Sivakumar.

Ante esos datos, "cuestiones como los nutrientes del suelo, la degradación de la tierra, la seguridad alimentaria global y la calidad medioambiental adquieren una mayor importancia", añadió.

Para analizar ese fenómeno y sus efectos, más de 2.000 expertos de casi 200 países, agencias de la ONU, organismos internacionales y organizaciones ecologistas participarán del 3 y al 14 de septiembre en Madrid, en la octava Conferencia de la Convención de la ONU de Lucha contra la desertificación.

Según las previsiones de la OMM, la temperatura global aumentará 0,4 grados centígrados en los próximos veinte años, lloverá más en las latitudes altas y menos en la mayoría de regiones subtropicales, crecerán las zonas afectadas por la sequía y cada vez serán más frecuentes las olas de calor y las precipitaciones intensas.

La organización meteorológica alerta de que, si se cumplen esas previsiones, la degradación de los suelos aumentará debido a las sequías y la erosión ocasionada por las lluvias torrenciales. Todo esto perjudicará la calidad del suelo y, consecuentemente, su rendimiento, al tiempo que es posible que se reduzca la superficie cultivable.

Sivakumar cree que "la producción agrícola de muchos países africanos se verá gravemente comprometida por la variabilidad del clima, ya que es probable que disminuya la extensión de las tierras cultivables y su rendimiento", especialmente en el norte, el oeste y algunas áreas del sur del continente.

Las regiones más secas de América Latina también resultarán afectadas por el cambio climático, que favorecerá la desertificación y la salinización de los campos de cultivo. Asimismo, "en el sur de Europa, la subida de las temperaturas y la mayor frecuencia de las sequías, que han provocado graves incendios en Grecia, reducirán la disponibilidad de agua, el potencial de energía hidroeléctrica y la productividad agrícola", añadió Sivakumar.

Sin embargo, "muchos de los agricultores de todo el mundo no saben muy bien qué pasa y de qué forma el cambio climático afectará sus cosechas", explicó Sivakumar, cuya organización ofrece seminarios destinados a campesinos de países en desarrollo.

Fuente: EFE