Una investigación realizada por científicos de EE UU y Zambia ha puesto de relieve que cuando las madres infectadas dejan de amamantar al niño, o si compaginan la lactancia con otros alimentos, la concentración de virus en la leche y el riesgo de contagiar al bebé aumentan. 

“Esto puede explicar parcialmente la relación entre lactancia exclusiva y disminución del riesgo de transmisión de VIH posparto, en comparación con la lactancia no exclusiva” aseguran los autores del estudio, publicado en ‘Science Translational Medicine’. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a las madres infectadas no amamantar a los niños y sustituir la leche materna por fórmula. Sin embargo, en los países menos desarrollados, esto con frecuencia no es posible. Además, la leche materna contiene importantes componentes importantes para desarrollar el sistema inmune, lo cual puede ser vital en países con una alta incidencia de enfermedades infecciosas. 

Por eso, los investigadores recomiendan que, aparte de mantener el eficaz tratamiento de la madre con antirretrovirales durante toda la lactancia, los niños deben ser alimentados exclusivamente con leche durante los primeros meses de vida. 

Fuente: Tendencias 21