La policía brasileña arrestó al presunto jefe de una banda acusada de haber matado a un niño de seis años luego de arrastrarlo por las calles de Río de Janeiro durante siete kilómetros colgado del cinturón de seguridad de un vehículo robado.
 
Se trata de Carlos Eduardo Toledo de Lima, de 23 años, que se encontraba en libertad condicional tras haber sido condenado por robo de vehículos y quien se entregó en una comisaría de policía e inmediatamente fue conducido a una celda, según fuentes oficiales.
 
Toledo de Lima es el quinto de los supuestos asaltantes arrestados por un crimen que ha causado gran conmoción en Brasil y generado intensas polémicas sobre la supuesta permisividad de la ley penal en la que han terciado hasta el presidente del país, Luiz Inácio Lula da Silva, quien calificó el crimen como "bárbaro".
 
El acusado sería el jefe de la banda de asaltantes responsable del crimen, el más peligroso del grupo y a quien sus presuntos cómplices temían denunciar por estar amenazados de muerte.
 
Joao Helio Fernandes murió víctima de numerosas fracturas y heridas, y su cuerpo quedó totalmente desfigurado, luego de que los asaltantes lo arrastraran desde un vehículo robado, sin que supuestamente percibieran que el menor estaba prendido por fuera del automóvil por el cinturón de seguridad.
 
El asalto ocurrió el pasado miércoles en el barrio Oswaldo Cruz, un suburbio en la zona norte de Río de Janeiro, cuando el menor estaba en el banco trasero del vehículo en el que también estaban su madre y una hermana.
 
Tras ser sacada a la fuerza del automóvil que dirigía, la madre intentó retirar al menor, pero no alcanzó a soltar el cinturón de seguridad antes de que los asaltantes pusieran en marcha el vehículo a alta velocidad.
 
Los ladrones tan sólo se detuvieron unos quince minutos después, tras recorrer unos siete kilómetros, cuando entraron en una calle sin salida, abandonaron el vehículo y decidieron emprender la fuga a pie. Pocas horas después del crimen, la policía capturó a tres de los acusados, uno de los cuales confesó su responsabilidad y alegó no haberse dado cuenta de que el menor estaba colgado del carro.
 
Su versión ha sido desmentida por numerosos testigos que dijeron haber advertido al conductor del vehículo robado de que estaba arrastrando una persona.
 
Los cinco jóvenes detenidos son acusados de integrar una banda de asaltantes de automóviles que actúa en la zona norte de Río de Janeiro.
 
Según la policía, los cinco fueron hasta el lugar del asalto en un taxi dirigido por uno de ellos y tres abordaron el vehículo robado en el que arrastraron al menor.