Mauricio Caranta se reinventó. Y se regaló, en el tramo final de su carrera, un título más. El arquero fue uno de los pilares de esta formación de Russo, que se la jugó por el golero con el que obtuvo, en Boca, la Libertadores 2007. Y el cordobés no le falló.
A punto de cumplir 35 años, Caranta arribó a Arroyito procedente de Lanús, donde se había sin lugar. Y aunque se había imaginado el retiro y la vuelta a sus pagos, aceptó el desafío canalla y llegó para atajar.
Caranta se mostró sólido a lo largo y a lo ancho de toda la temporada, a la que solo faltó en un partido y medio: con Olimpo, en la fecha 25, salió lesionado a los 21 minutos del primer tiempo (fue 2 a 2), y se perdió el 4-3 a Atlético Tucumán.
El guardameta sostuvo con su experiencia y sus notables cualidades técnicas a una defensa que funcionó muy bien desde que se acomodó, luego del flojo comienzo. Y ahora todos los cañones apuntan a retenerlo para la etapa que se viene. Ya, otra vez, en primera división.

1
Deportes