Pedro Robledo
El Dixon se fue colmando de público heterogéneo que reconoce a Willy Crook como un impulsor y motor fundamental de la movida del funk en la Argentina.
Suma convocatoria, además, por su historia vinculada a los dos primeros discos de los Redonditos de Ricota ("Gulp" y "Oktubre"), en los que su saxo daba el "color ricotero".
Las bandas locales Cien Volando y Los Sucesores de la Bestia, el grupo que lidera Daniel Pérez, calentaron el ambiente en la previa. Los Sucesores prometieron funk, cumplieron y sumaron rock del bueno.
Crook apareció en escena un poco antes de las 2 de la madrugada. Arrancó con un instrumental con la idea confesada de "ir ajustando el sonido".
La excelente base rítmica conformada por Timoty Cid (batería) y Nacho Porqueres (bajo), rápidamente posicionó al auditorio en un esperado viaje funky.
Siempre en inglés, fue versionando temas de sus discos anteriores (está grabando el décimo) con el impecable soporte musical de The Royal We, su banda actual.
Cuando demoraba unos instantes en resolver la continuidad del repertorio, el público aprovechaba para alentarlo.
La cuestión estética se vio enriquecida por la inclusión de tres voces femeninas: Camila Gutiérrez Bouvier, Orianna Anderson y Aimé Cantilo, que no solo aportaron en este sentido sino que además significaron un buen apoyo vocal e incluso instrumental ya que una de las chicas se lució también con la guitarra.
Párrafo aparte merece Patán Vidal (piano). Al momento de sus solos, Crook dejaba de tocar y, como un asistente más, se mostraba fascinado por el desempeño de su tecladista.
Willy Crook disfruta de su presente como solista y también de dejar de tener que rendir cuentas por su pasado ricotero.
De hecho, el saxo sólo aparece en fragmentos en un par de temas, lo suyo hoy es la guitarra y el canto. Eso sí, en el medio de un tema, mientras prepara su saxo los nostálgicos estallan como si estuvieran esperando ese momento.
"Nos retiramos, porque la noche se hizo para dormir", dijo ensayando la despedida, antes de cumplir con "el folklore" del rock: varias falsas salidas y regresos inmediatos para los bises.
Willy Crook no exhibió gran virtuosismo, pero su figura capturó la atención y su música cautivó al Dixon, demostrando que su carisma y magnetismo permanecen intactos y en franco crecimiento.