Mientras el gobierno británico redujo este lunes el nivel de alerta ordenado tras el desbaratamiento de un supuesto plan de atentados contra aviones en vuelo hacia Estados Unidos, no son pocos los británicos que se muestran escépticos ante todos estos movimientos en torno a eventuales ataques.

”A lo mejor es cierto que evitaron atentados, si es una cortina de humo nunca lo sabremos. De todas maneras, es legítima la duda que tenemos algunos”, manifestó por Radio 2 Ramiro Sagarduy, un argentino que es profesor de criminología en la Universidad de Westminster (Londres).

La suspicacia de Sagarduy se basa fundamentalmente en un antecedente clave: “No nos olvidemos que los servicios de inteligencia británicos son los que cedieron a (el ex secretario de Estado estadounidense) Colin Powell el informe sobre supuestas armas de destrucción masiva en Irak, que derivó en la invasión de ese país”, recalcó en diálogo con Alberto Lotuf en el programa De tarde en tarde.

En referencia a las extremas medidas de seguridad dispuestas en las últimas horas en las estaciones aéreas del Reino Unido, el especialista considera que “desde el sentido común, si hay una emergencia tal, es un tema delicado”, por lo que le llama poderosamente la atención que “el primer ministro (Tony Blair) está de vacaciones en el Caribe cuando debería estar haciéndose cargo” de la situación en su país. “Aquí la gente hace colas y se ve demorada en los aeropuertos por los vuelos cancelados", agregó.

Sin embargo, Sagarduy destacó las distintas voces que están surgiendo en el seno mismo del gobierno británico, donde ya no todos parecen adherir a las políticas internacionales y de seguridad del país.

Y luego detalló: “Hace muy poco, la ministra de relaciones exteriores se atrevió a opinar independientemente; dijo que quería un cese el fuego en el Líbano, mientras Blair decía que había que dejar trabajar a Israel. Es decir, hubo chispas en el mismo gabinete, incluso en el parlamento están llamando a sesiones extraordinarias para debatir el tema”.