Cuando el amor se convierte en posesión: a propósito del
homicidio-suicidio que conmocionó al centro rosarino este martes, el psiquiatra Juan Manuel Sialle le puso “palabras a lo siniestro”. Explicó cómo una pareja puede devenir en obsesión y señaló que la clave de una relación sana es el respeto por la autonomía del otro.
Luego de apenas un año de caminar juntos para el mismo lado, Norma y Guillermo habían decidido ponerle fin al amor. Pero Guillermo no lo soportó: después de tres meses separados, un día la buscó en la puerta de su casa, en Córdoba y Pueyrredón, y la mató. Minutos después acabó con su propia vida, ahí mismo en la calle, a plena luz del día.
“Del amor al odio hay un sólo paso”, recordó el especialista en diálogo con Radiópolis, el programa que conduce Roberto Caferra por Radio 2. Y es que el viejo dicho no pierde vigencia, ni por ser un refrán popular deja de ser cierto.
El especialista indicó que ese paso sin retorno tiene que ver con creer que el amor es posesión. Entonces, “no se acepta la autonomía del compañero y quieren que esa persona sea un brazo o una pierna de uno mismo”.
En cuanto al desenlace trágico de la historia de Norma y Guillermo, Sialle indicó que “desde tiempos inmemoriales, la muerte ha sido un modo de pagar las culpas”. “Y de trascender”, agregó.
“A veces la gente mata y muere para no morir, para no ser olvidado”, señaló.
Finalmente, concluyó que en el amor no existen recetas mágicas, pero sí una recomendación bastante sencilla: “Ser compañeros es compartir; no poseer”.
Luego de apenas un año de caminar juntos para el mismo lado, Norma y Guillermo habían decidido ponerle fin al amor. Pero Guillermo no lo soportó: después de tres meses separados, un día la buscó en la puerta de su casa, en Córdoba y Pueyrredón, y la mató. Minutos después acabó con su propia vida, ahí mismo en la calle, a plena luz del día.
“Del amor al odio hay un sólo paso”, recordó el especialista en diálogo con Radiópolis, el programa que conduce Roberto Caferra por Radio 2. Y es que el viejo dicho no pierde vigencia, ni por ser un refrán popular deja de ser cierto.
El especialista indicó que ese paso sin retorno tiene que ver con creer que el amor es posesión. Entonces, “no se acepta la autonomía del compañero y quieren que esa persona sea un brazo o una pierna de uno mismo”.
En cuanto al desenlace trágico de la historia de Norma y Guillermo, Sialle indicó que “desde tiempos inmemoriales, la muerte ha sido un modo de pagar las culpas”. “Y de trascender”, agregó.
“A veces la gente mata y muere para no morir, para no ser olvidado”, señaló.
Finalmente, concluyó que en el amor no existen recetas mágicas, pero sí una recomendación bastante sencilla: “Ser compañeros es compartir; no poseer”.