Fanático de las motos enduro, había cumplido el sueño de comprarse una pero pasó poco tiempo hasta que se la secuestraron por una serie de infracciones. Y ahora el rodado, según denuncia, desapareció de toda repartición municipal y amenaza con encadenarse a la Dirección de Tránsito.
Miguel Castellano hizo público su caso este martes en Radio 2, cansado de no tener respuestas sobre el paradero de su AR 350, que le sacaron en el parque Alem para ser remitida al corralón, en la dependencia de Moreno y Ocampo.
Allí se presentó para solucionar una a una las irregularidades que les fueron planteadas, tanto mecánicas como de documentación, según relató en el programa Radiópolis. Pero la moto no está más en ese predio ni en el de calle Presidente Perón al 8.000, una situación que no se da por primera vez.
“En calle Moreno me dicen que no saben cómo desapareció; tal vez en un traslado, pero la constancia de traslado no está”, contó Miguel, que le brindaba un especial cuidado a su moto –valuada en 18 mil pesos– y la usaba para trabajar.
A pesar de que una jueza de Faltas –según dijo el joven– le sugirió que sería peor para él, Castellano decidió acudir a los medios de comunicación ya que esta situación lleva “tres o cuatro meses”.
En ese plazo, aseguró que gastó “una banda de plata” para colocarle luces y caño de escape reglamentarios, completar el trámite de la transferencia, y movilizarse con el transporte público al no contar con su rodado.
“Encima –se quejó– no me la robaron de mi casa, ni de un shopping... Más segura que ahí, ¿dónde puede estar?”, se preguntó en relación a la mismísima Dirección de Tránsito.
Relató además que de dicha dependencia lo mandaron, pese a que no hay una constancia de traslado, a consultar al corralón de calle Godoy. Allí tampoco existe documento alguno que certifique el ingreso del bien incautado.
Cadenas o audiencia
A Miguel le llevaron la moto inspectores de tránsito meses atrás en el parque Alem, donde había ido a tomar mates junto a su novia. El secuestro fue porque no presentó la tarjeta verde “porque la había comprado hacía poco”, entre otras faltas técnicas que él siempre reconoció e intentó reparar.
“Ya puse abogados y tengo ganas de atarme en la puerta –de Tránsito– con cadenas, o si es necesario ir a hablar con el intendente”, advirtió.


