La vuelta al ruedo del “Party Bus” trajo cola. Una mujer que contrató su servicio –celebraciones de todo tipo en medio de un viaje en colectivo–denunció, a través de una carta que envió a la intendenta Mónica Fein, que durante el festejo, personal de la Guardia Urbana Municipal (GUM) realizó una inspección que, de acuerdo a su testimonio, fue abusiva.

En contacto con Radiópolis (Radio 2), Sara, una mujer de 61 años, contó que el pasado 16 de mayo, contrató al Party Bus para reunir a familiares y a amigos debido a que se cumplían 3 años de que su esposo sobreviviera a un accidente automovilístico. Según escribió a la jefa de Gobierno local, cuando el colectivo estaba en una de sus paradas frente al Monumento a la Bandera, fueron interceptados por empleados de la GUM. De fondo, una lluvia torrencial caía sobre la ciudad.

“Sabíamos que el Party Bus había estado en el corralón pero somos gente de entre 60 y 80 años, fuimos a festejar con gaseosas, estábamos pasando una noche tranquila y feliz cuando se nos vinieron encima 8 móviles de la GUM, a los costados, adelante y atrás”, relató en la emisora. De acuerdo a su relato, los agentes controlaron asiento por asiento. “Supongo que se pensaban que iban a encontrarse con una fiesta de solteros pero estábamos nosotros y no supieron qué hacer”, observó.

La “fiesta” estaba integrada por “un abuelo de 80 años, 4 matrimonios de más de 70 años, 5 amigos sexagenarios, comerciantes de la ciudad y nosotros, sexagenarios también”, precisó Sara. También estaban sus nietos de de 6 meses, 4, 6 y 7 años, sus hijos, nueras y yernos.

“Sabiendo la situación del Party Bus no nos pareció extraño que pidieran papeles al chófer y a cada empleado pero cuando avanzaron sobre nosotros, vieron 3 botellas cerradas, mi marido es un hombre y lo más común y fácil de regalarle es una botella (les explicamos que eran regalos). Cuando nos vieron a todos gente bien mayor avanzaron sobre la más jóven de todos quién también es mayor de edad, quien estaba tomando Coca Cola y el uniformado escribió que tomaba Coca con Fernet”, continúa la misiva a Fein.

Sara aseguró que eso era “mentira” y sostuvo que tras esa acusación “empezó la tortura” porque se sumaron móviles y policías. “Estuvimos rodeados desde las 22.45 hasta las 00.07”, precisó para más detalles y expresó al respecto: “La retención que sufrimos recuerda a momentos muy oscuros del país que ante el anonimato sufríamos todo tipo de atropello. Y aclaro, pusieron cualquier cosa en el acta, espero pidan pruebas cuando traten el tema y que las muestren. Sucede que fue tan ridículo el accionar que buscaron un "chivo expiatorio"”.

Y cierra el mensaje a la intendenta con una pregunta: “Ya que me arruinaron una fiesta que preparé con mucho amor ¿cómo me lo va a compensar la Municipalidad de Rosario?”.