El español Rafael Nadal, que busca su noveno título consecutivo en el Masters 1000 de Montecarlo, y el serbio Novak Djokovic juegan desde las 9.57 de hoy la final del torneo monegasco, tras vencer ayer sábado en semifinales, en una repetición de los partidos por el título de 2009 y 2012, ambos ganados por el mallorquín.

Nadal derrotó al número uno francés Jo-Wilfried Tsonga, por 6-3 y 7-6 (7/3), en una hora y 36 minutos, mientras de Djokovic se deshizo del italiano Fabio Fognini por 6-2, 6-1, en 52 minutos.

El año pasado, Nadal aplastó a Djokovic, por 6-3, 6-1, para después encadenar otras dos victorias en finales contra el serbio, en Roma y en Roland Garros, el último encuentro entre ambos.

Nadal se impuso al término de un partido que dominaba con facilidad, al punto de llevar una ventaja de 5-1 en el segundo set, pero el francés reaccionó y forzó el tie-break, salvando cuatro bolas de partido en el camino.

Pero el mallorquín se recuperó en el juego decisivo para lograr su 46ª victoria consecutiva en Montecarlo.
“Tsonga ha vuelto al partido de una forma increíble. He tenido de verdad que batallar para pasar a la final”, señaló el mallorquín.

Tras haber dejado escapar tres bolas de partido consecutivas cuando ganaba por 6-3, 5-2 y 0-40 con el servicio de Tsonga, Nadal comenzó a cruzar miradas hacia su entrenador, su tío Toni Nadal, sabedor que su juego no era el mismo.
Pero el español acabó recuperándose en el tie-break para continuar un recorrido de ensueño con su 244 victoria en tierra batida en 254 partidos disputados desde 2005.

Djokovic, por su parte, hizo posible la final ideal al vencer con claridad a un Fognini superado en el aspecto físico.
El italiano, 32º mundial, dejó la pista entre los abucheos del público, mayoritariamente italiano, visiblemente decepcionado por la actuación de su campeón, que había sido recibido como un héroe a su entrada en la cancha.

Djokovic y Nadal se han enfrentado en 33 ocasiones, en partidos memorables como la final del Open de Australia de 2012, ganada por el serbio, pero es el español quien lidera por 19-14 y por 12-2 en tierra batida.

“Siempre jugamos largos partidos”, afirmó Djokovic. “Demandará una gran resistencia física pero no será la primera vez que jugamos en tierra batida. Esperemos que esta sea la buena para mí”, añadió el serbio.

Su encuentro del domingo se anuncia interesante ya ni Nadal ni Djokovic parecen estar en su mejor forma.
Nadal, tras haber estado fuera del circuito siete meses la pasada temporada por lesión, confiesa sentir dolores “un poco por todos los sitios” y Tsonga estimó que el español “no está en su mejor forma física”.

Djokovic estuvo cerca de ser baja en el torneo, debido a un esguince en el tobillo derecho contraído hace dos semanas en Copa Davis.

Tras dos primeros partidos complicados, en los que perdió cada vez un set, el número uno mundial parece mejorar, a no sufrir más del tobillo, y lleva dos victorias limpias en dos sets.

Djokovic querrá, por su parte, marcar puntos, en el plano psicológico en la óptica de Roland Garros, su prioridad este año.
Batido por Nadal en las finales de 2009 y 2012, espera lograr su primer título en Montecarlo, lugar donde reside y se entrena.