Pablo Schemberger, el hombre que llevó a Salto Grande la imagen de la Virgen que apareció con aparentes lágrimas de sangre, cree que el fenómeno es una manifestación divina.
“La Virgen se quiere manifestar para que la gente crea en Dios, en su existencia real”, dijo en diálogo con el periodista A diario, de Radio 2.
Schemberger nació en la provincia de Entre Ríos, vive en Puerto San Martín, tiene 70 años, fue seminarista y suele recorrer distintas localidades para llevar imágenes de vírgenes a geriátricos y centros de salud.
En agosto llevó dos a Salto Grande, que como las otra, las compró –según contó– en una fábrica de Buenos Airs que se las vende a entre 50 y 100 pesos según el tamaño.
Este miércoles, antes de ir a Salto Grande a ver la Virgen con lágrimas de sangre. Pero además, dijo que llevará otras similares, para que se puedan examinar en detalle en el intento por determinar qué es lo que realmente pasó.
Además, opinó que se podría enviar a un laboratorio el líquido que apareció en la Virgen del Samco de Salto para determinar si se trata de sangre humana.
El, menos cauto que otros, cree que la Virgen busca dar un mensaje de fe.